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Wellness personalizado: la nueva dimensión de la piscina y el spa

Los expertos coinciden: el sector del wellness vive un momento de expansión, impulsado indudablemente por el hecho de que cada vez la sociedad se preocupa y ocupa más por su bienestar. En este sentido, el crecimiento del wellness a nivel mundial tiene un efecto directo y positivo en el sector de la piscina, spas y zonas de aguas, espacios relacionados estrechamente con cuidarse y sentirse bien. En Piscina & Wellness Barcelona (15-18 de octubre) se mostrarán las últimas tendencias en diseño, equipamiento, gestión y servicios personalizados para conseguir un centro wellness de éxito.

Pero ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la industria del bienestar? Gerard André, presidente de Tempo Hospitality, es consultor sénior en wellness en establecimientos dedicados al bienestar y turismo, y trabaja en proyectos de desarrollo y de gestión en varios países. Para André, «el bienestar es la sensación de vivir como deseamos, con las necesidades del cuerpo, mente y espíritu satisfechas», y añade que «las prácticas y hábitos de vida que contribuyan a crear esta sensación de plenitud son los medios que tenemos para lograr el bienestar personal».

Un sector que se diversifica

Los buenos datos confirman el potencial que tiene el sector y el crecimiento de la industria no solo desde el concepto de spa sino más bien desde la perspectiva del wellness, un término holístico que los centros se apropian, conscientes de la importancia de aplicar esta filosofía a la hora de ofertar programas globales que contribuyan a llevar un estilo de vida más saludable para atraer a un mayor número de clientes.

En esta línea, el director de operaciones de Caldea, Josep Maria Pi, destaca la progresiva democratización que ha vivido el concepto de spa y que ha llevado a trascender la función original que tenían estos espacios, asociados históricamente a un uso terapéutico. Pi lo ejemplifica en Caldea, que inició su actividad bajo un concepto termolúdico, aproximando de esta manera el termalismo al público en general, no con una visión terapéutica como los balnearios tradicionales, sino bajo una óptica de una actividad saludable y de ocio al mismo tiempo, pensada para todo tipo de público.

«Los primeros años fueron un descubrimiento para mucha gente, que nunca habían tenido una experiencia en un centro termal, y además, la podían realizar en familia. En esa época, la mayoría de público que nos visitaba no era experto en este tipo de servicios pero progresivamente empezó a considerar esta actividad como algo que mejoraba su calidad de vida», explica Pi. A finales de los 90 y la primera década del 2000, proliferó la construcción de otros centros con esta orientación: algunos balnearios tradicionales abrieron espacios no terapéuticos, se incorporó el concepto de spa urbano y los hoteles empezaron a incluir spas en su oferta. Todo ello contribuyó a «socializar» el concepto de spa de manera que los usos han ido cambiado progresivamente y se ha ampliado el tipo de público, logrando también llegar a al segmento más joven.

Conocer al cliente y servicios a medida, claves del éxito

Diego Gronda, fundador y director creativo de Studio Gronda, destaca la importancia de tener claro qué tipo de espacio se está buscando a la hora de diseñar un espacio wellness: ¿spa en un hotel?, ¿en un centro de fitness?, ¿en un centro de salud?, ¿es un espacio urbano o más bien un lugar pensado para escapadas de fin de semana? Gronda, que estudió arquitectura en Buenos Aires y en Nueva York y estuvo al mando durante 12 años de empresas de primer nivel como Toni Chi y Rockwell Group, lo tiene claro: «Mi objetivo principal es entender quién es el cliente». Entender y conocer al cliente permitirá a los centros de spa ofrecer un servicio adaptado a sus necesidades y lo más personalizado posible para conseguir que la experiencia sea lo más satisfactoria y especial.

A su vez, el portavoz de Caldea apunta a las nuevas tecnologías como una herramienta básica para conocer mejor al cliente y detectar sus necesidades y gustos personales. Para Pi, «las nuevas tecnologías permiten automatizar y ser más eficientes en los procesos y la prestación de servicios, pero uno de los valores diferenciales reside en la aplicación de estas tecnologías para obtener un mayor conocimiento del cliente. Conocer el estado de ánimo, sus preferencias y gustos en función de su momento vital permitirá desarrollar un modelo de negocio caracterizado por una personalización máxima».

Ante un cliente que cada vez está más informado y es más exigente, las empresas del sector también tienen que buscar nuevas fórmulas de negocio y, de esta manera, ofrecer nuevos servicios, siempre sin olvidar qué tipo de spa quieren en función del tipo de cliente que quieren atraer. Servicios como actividades de relajación, tratamientos holísticos, consultas y talleres de nutrición, yoga y meditación complementan la oferta de balnearios y spas tradicionales, trasladando el concepto de spa a una nueva dimensión más integral.

Rentabilidad sin renunciar al diseño

Gerard André apela a un proceso en cadena, imprescindible según su experiencia, para asegurar el éxito y, por lo tanto, la rentabilidad de un spa, independientemente del tipo de establecimiento en que esté integrado. El experto enumera los elementos que conforman esta cadena: tener claro el concepto del spa, en el sentido de preguntarse la clase de spa que se quiere construir, diseñarlo y construirlo en consonancia, momento en que entran perfiles como arquitectos, interioristas e ingenieros técnicos, desarrollar una buena programación de servicios y tratamientos, y contar con buenos profesionales tanto en la parte comercial como a la hora de ofrecer los servicios y los tratamientos a los clientes. «La excelencia en el servicio y la calidad profesional del personal no son términos económicos de rentabilidad pero es una exigencia para tener éxito, y el éxito es rentable», asegura André, crítico también con los establecimientos que construyen spas solo porque ven un riesgo de perder clientes si no tienen uno: «algunos hoteles quieren spas como hace 20 años los hoteles necesitaban piscina o hace 40 años, pista de tenis, pero hacer un spa en el sitio más oscuro, porque hay que hacerlo no es la mejor manera de plantear un proyecto de estas características», concluye.

Al preguntar cómo se consigue un equilibrio entre rentabilidad y diseño, Gronda afirma que «es fundamental soñar con los pies en la tierra, y cuando se propone una idea innovadora tener en cuenta que no solamente se deben tener en cuenta los materiales y el espacio, sino también el equipamiento, ya que no siempre hay una alineación clara a la hora de seleccionar el equipamiento». ¿La manera de conseguirlo?: «siendo muy conscientes desde el principio del equipamiento necesario», concluye el arquitecto e interiorista, que cuenta con más de 20 años creando experiencias en hoteles, resorts, spas y restaurantes.

Hacia lo ecológico y sostenible

Al poner el foco en las tendencias, Gronda opina que «las tendencias son muchas veces lo que algunas publicaciones repiten más, y de esta manera se vuelven tendencias, pero eso no implica necesariamente que sean las más populares». El arquitecto es crítico con la tendencia de algunos centros wellness de crear un gran espectáculo al entrar pero que no tienen en consideración la experiencia del usuario. «Desde nuestro punto de vista, la experiencia del usuario debería ser la única tendencia válida a la hora de diseñar un espacio wellness«, asegura. Gronda también destaca la creciente importancia que percibe de los usuarios hacia todo lo relacionado con la sostenibilidad de los establecimientos y comenta que muchos usuarios ya consultan en los buscadores de internet si un establecimiento es sostenible.

André diferencia entre tendencias reales y tendencias más vinculadas al marketing, y destaca como un valor seguro la apuesta de los centros de wellness como espacios de prevención y de cuidado de la salud en una sociedad cada vez más longeva y que va a disponer de más tiempo para dedicarlo a actividades de ocio y de cuidado personal. El consultor también vislumbra una mayor dificultad de fidelización de los clientes, al ser un público cada vez más informado y exigente y, por lo tanto, más volátil. En cuanto a tratamientos, considera que la etiqueta asociada a lo ecológico va a ganar protagonismo, así como una reglamentación más estricta en este sentido para los fabricantes. Para André, la digitalización y las oportunidades que ofrece para conocer mejor al cliente es una tendencia imparable y muy útil para el crecimiento y desarrollo del sector.

Por su parte, el portavoz de Caldea apunta como tendencia a la posibilidad de explotar la singularidad y los elementos propios de la zona y ponerlos al servicio del bienestar del cliente. Según Pi, «la naturaleza, la cultura y la gastronomía del lugar, entre otros elementos, pueden hacer de cada establecimiento una experiencia única, junto a complementos como incorporar aromaterapia basada en plantas autóctonas, recursos naturales y tradiciones de la zona relacionadas con el bienestar». Pi lo resume como «un Km 0 del wellness» y también destaca la idea de plantear servicios y tratamientos específicos para el público infantil, de manera que se eduque en un estilo de vida saludable a la vez que se garantiza el propio futuro de los establecimientos.

Fitness y wellness, binomio ganador

La demanda de productos del sector fitness crece en todo tipo de centros vinculados al bienestar. Piscina & Wellness Barcelona recoge esta tendencia y ha ampliado la zona de exposición, así como las demostraciones.

Tomás Junquera, que fundó hace 25 años Thomas Wellness Group, una empresa dedicada al diseño y equipamiento de instalaciones wellness de ámbito público y privado, asistirá a la próxima edición del salón. Para Junquera, los centros de fitness han experimentado una transformación: «Hace 25 años nos encontrábamos con gimnasios de barrio muy especializados en una actividad concreta, como artes marciales, boxeo o culturismo, por ejemplo, a la vez que se trataban de instalaciones más pequeñas. De estos espacios hemos pasado a centros muchos más grandes, más inclusivos y con una mayor variedad de actividades para toda la familia».

En cuanto a las zonas de agua de estos centros, Junquera explica que «nos podemos encontrar con centros de fitness low cost que tengan sauna y spa pero no es lo habitual porque las zonas de agua son costosas tanto en su instalación como en su mantenimiento; son en el segmento concesional y en el segmento premium donde sí que se concibe como parte indispensable el disponer de una zona de aguas».

Junquera apela a la cultura del bienestar a la hora de explicar el crecimiento en la demanda de este tipo de centros pero siempre desde la coherencia, según el fundador de Thomas Wellnes Group. «Para tener un spa de 20 metros cuadrados en un espacio que no corresponde o que no está a la altura es mejor no tenerlo. Lo que pide el cliente es que haya una coherencia, en tanto a la distribución, el número de piezas, la propuesta y sobre todo en la conservación, ya que las zonas de agua requieren unos cuidados más intensivos que cualquier otra área de la instalación deportiva», afirma Junquera, para quien «estamos en la era de las experiencias, y no hay nada más experiencial que un buen tratamiento en una cabina con envolturas, un buen hamman o un buen masaje, porque el cliente vive una experiencia cuando hay un cambio de estado».

El sector del fitness es un mercado e industria cada vez más profesionalizado, con instalaciones más competitivas y accesibles en precio. Junquera sitúa en un 11% el porcentaje de españoles que acude al gimnasio, mientras que en otros países, especialmente en el norte de Europa, este porcentaje llega al 20-21%. Sin embargo, también puntualiza que el clima en nuestro país favorece la práctica de deporte y actividades al aire libre. Preguntado por la situación actual del sector, el experto opina que la industria del fitness goza de buena salud: «El hecho de que haya cada vez más fondos de inversión poniendo los ojos en el sector, más empresas de capital riesgo con participaciones, y más cadenas o gestoras de centros deportivos es buena señal y es indicativo de que hay mercado y oportunidades para reinventarnos». «En definitiva, lo importante es que la sociedad tiene claro que es beneficioso hacer deporte, y esto da mucho juego y oportunidades al sector que nos ocupa».


Por Cristina Benavides, colaboradora de Piscina & Wellness Barcelona

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