Invertir en sistemas de cerramientos y aislamientos de calidad y alta durabilidad supone reducir de forma significativa la factura energética en la climatización hotelera, lo que repercute directamente en las cuentas de resultados. Según la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), se puede alcanzar un ahorro energético de hasta el 90% con el diseño de una envolvente térmica adecuada, contribuyendo así a una mayor eficiencia de los equipos. De igual forma, la Unión Europea plantea el concepto de Edificio de Energía Casi Nulo, donde no solo se recoge la excelencia energética desde el punto de vista constructivo, como aconseja la PEP, sino que además contempla de igual forma las instalaciones y equipos activos que contribuyen al confort térmico de la totalidad del edificio. Teniendo en cuenta que los edificios españoles consumen alrededor de diez veces la energía para la climatización que se considera aceptable dentro de los baremos definidos en las directivas europeas y el Código Técnico de Edificación (CTE) vigente, estos sistemas son de vital importancia en un contexto de cambio en la industria de la construcción y en la sociedad en general. El objetivo es que todos los edificios sean en sí mismos poco demandantes de energía al llevar incorporado en su estructura ese abrigo que evitará pérdidas innecesarias de calor y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Pero no solo del frío y el calor se deben proteger los hoteles. El ruido también es uno de los inconvenientes que más condiciona la estancia de los huéspedes, ya que si el edificio no está adecuadamente aislado contra los ruidos, su descanso y confort se verán perjudicados. Tanto es así que el 30% de las reclamaciones de clientes tienen que ver con estas molestias.
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