Alimentación y bebidas

Martin Miller’s Gin presenta la ginera super ‘premium’ 9 Moons

Parece que fue ayer cuando David Bromige, Andreas Versteegh y Martin Miller creaban una de las mejores ginebras del mundo. Ahora, casi 20 años después, llega al mercado 9 Moons, que comparte el mismo ADN que Martin Miller’s Gin a través de toques cítricos y enebro pero mucho más intensa y con una complejidad más profunda. Su factor diferenciador reside en el hecho de que su proceso de elaboración es muy diferente al que estamos acostumbrados.

La ginebra 9 Moons está envejecida en barricas nuevas de roble de bourbon, que se llenan con ginebra Martin Miller’s con una graduación elevada y se dejan envejecer durante nueve meses, o nueve lunas, en la bodega de Martin Miller’s Gin de Borgarnes, en Islandia. De las barricas se extraen unas 2.000 botellas numeradas una a una que, posteriormente, se mezclan con agua de manantial de Islandia hasta obtener una graduación de embotellado del 40%, lo que les confiere esa característica suavidad presente en toda la gama Martin Miller’s.

Además, el clima frío y seco de Islandia ha resultado ser la atmósfera ideal para envejecer la ginebra y presenta numerosas ventajas. Estas condiciones permiten ralentizar significativamente el proceso de envejecimiento y medir con precisión los avances de este complejo y fascinante licor.

9 Moons nace casi por casualidad, a partir de técnicas de elaboración de cócteles de un osado grupo de mixólogos de Nueva York, que lograron unos resultados sorprendentes al dejar reposar la ginebra Martin Miller’s en minibarriles. Uno de los cofundadores, Andreas Versteegh, se dejó llevar por la curiosidad y compró un surtido de barricas que llenó de ginebra y guardó en Islandia.

Versteegh probó distintos tipos de madera durante el proceso de creación de 9 Moons. La clave estaba en respetar la ginebra original y por ello buscaba añadir una mayor profundidad a la ginebra para reforzar su sabor. Al cabo de nueve meses, uno de las barriles de roble obtuvo el resultado perfecto puesto que mantenía el sabor de la ginebra pero con un toque mágico adicional.

El resultado fue todo un éxito. Así nos lo hace saber Andreas Versteegh en sus últimas declaraciones: “Siempre hemos creído que la mejor forma de echar a perder una buena ginebra era envejecerla, así que me sorprendió mucho la riqueza y complejidad del producto. Ahora tengo mucha curiosidad por ver la reacción del público”.

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