Mobiliario

Geometría, nueva colección de Marta Labrador

Marta Labrador y Karen Blixen comparten una creatividad innata más allá de épocas, distancias y lugares, tal como se muestra en esta colección de mobiliario de marcados tintes africanos que revela el gusto por las piezas distinguidas que cuentan historias.

El perfil multidisciplinar de la diseñadora e interiorista Marta Labrador podría decirse que guarda cierto paralelismo en materia de inquietudes artísticas con el de la escritora y pintora Karen Blixen, a quien ha querido rendir homenaje con su última colección de mobiliario.

Danesa de nacimiento, Blixen viajó a África donde vivió durante 17 años totalmente integrada en una cultura que admiró, respetó y compartió, tal como se evidencia en la película Memorias de África, inspirada en el libro que ella mismo escribió en 1937 y protagonizada por Meryl Streep en el papel de Karen.

Toda la colección Blixen de Marta Labrador está inspirada en el trabajo y en la vida de la artista en cuya casa de Nairobi supo integrar sabiamente elementos de mobiliario, arquitectura y otras piezas decorativas procedentes de Dinamarca e Inglaterra que llegaban a una tierra aún por explorar.

“Todas las piezas de mi colección mantienen el mismo criterio, es decir, poder llegar a realizar una equilibrada interpretación de los muebles de la época, poniendo el énfasis contemporáneo en los distintos formatos y el color, aportando una laca mate negra”, explica Labrador, cuyos diseños se identifican con este acabado de la madera.

La historia más reciente habla de la llegada de los daneses al continente africano donde adquirieron grandes propiedades que luego vendieron a los ingleses y de aquella época existe un archivo sobre el mueble inglés del siglo XIX del que parte el trabajo de Marta Labrador para crear esta nueva colección.

Pero ella da un paso más allá y ha querido poner el foco en una premisa similar a la de Karen Blixen imaginando cómo era el escritorio sobre el que desarrollaba sus relatos, qué disposición tendría la vitrina donde guardaba los libros y cómo sería la silla y la mesa en la que se acomodaba para tomar una taza de café en el porche mientras atardecía.

«Me he centrado en la búsqueda de conseguir un archivo psicológico de su manera de trabajar y de vivir, permitiendo al espectador ubicarse en un espacio virtual, tal como ella proponía en sus relatos, en sus pinturas y en sus diseños florales, consiguiendo que todas esas mezclas se entiendan ahora en un contexto de modernidad y temporalidad», explica la diseñadora.

Cinco piezas de mobiliario atemporales

La colección Blixen está compuesta de cinco piezas –butaca, silla, mesa, vitrina y secreter–, todas diseñadas y fabricadas por ella misma, teniendo en cuenta su perfil como diseñadora e interiorista licenciada en Bellas Artes y la disposición de fábrica propia en Madrid especializada en proyectos de madera.

Cada mueble que crea Marta Labrador se articula en base a un razonamiento para acabar contando una historia. En el caso de los asientos, a finales del siglo XVIII se utilizaban distintos para cada actividad teniendo en cuenta que “el concepto de comodidad comenzó a utilizarse en la época del Rococó, donde se mantenían las formas para adaptarse al cuerpo”, explica.

La butaca Blixen responde a un asiento utilizado para escribir, como complemento del escritorio. Por su parte, las dos sillas de la colección se inspiran en la icónica Mackintosh de Renie Charles, diseñada a principios del siglo XX.

Junto con el resto de piezas, comparten la combinación de los colores negro y amarillo porque, según la diseñadora, representan al continente africano.“El amarillo se relaciona directamente con los atardeceres que tanto le gustaban a Karen Blixen. Además, son tonalidades opuestas que resultan fantásticas compañeras en interiorismo”, explica Labrador.

En cuanto a los textiles son todos de algodón. El estampado de rayas de la butaca responde a la idea de diferenciar esta pieza del resto «para magnificar su utilidad». El otro tapizado, de líneas geométricas, utilizado en las sillas, la mesa y la trasera de la vitrina, según la diseñadora, «se inspira en los signos árabes provenientes de África».

La vitrina Blixen se puede utilizar también como librería. Marta Labrador la ha cerrado con cristal “porque magnifica lo que contiene dentro”. En cuanto al secreter, claramente recuerda las costumbres inglesas y danesas de la época, y la mesa responde a un uso más versátil como lugar de reunión, además de para comer.

Tanto en la casa familiar de Karen Blixen en Rungstedlund (Dinamarca), a la que regresó en 1931, como en su casa de campo originaria de Nairobi (África), ambas convertidas actualmente en museos, se puede admirar los diferentes muebles particulares de la escritora y pintora. En la casa danesa, donde nació y en cuyo jardín está su tumba, se han conservado algunos de los espacios tal y como ella los dejó a su muerte en 1962, y donde el equipo del museo sigue recreando cada día los mismos arreglos florales que ella diseñaba con gran maestría para decorar.

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