Reportajes

Elementos decorativos: el toque final

El interiorismo es esencial para conseguir que un hotel destaque por encima de su competencia y para hacer que el cliente se sienta especial. Los complementos, esos detalles finales en la decoración, son fundamentales para que la estancia sea acogedora.

Vivie. ©Mercè Gost

Los elementos decorativos de un proyecto contract ofrecen distintas texturas y acabados. Por ejemplo, las colchas de las habitaciones sobre las cuales se colocan cojines de diferentes tamaños u otros textiles situados a los pies de la cama en tonos de contraste otorgan mayor personalidad y elegancia. 

Los suelos pueden cubrirse con una alfombra de gran tamaño sobre la que se coloca la cama para aportar mayor belleza y calidez.  

Un arreglo floral o unas plantas es un símbolo de bienvenida para el recién llegado, ya que no solo embellecen el ambiente donde se encuentra situado sino que también tienen la capacidad de llenar de color, alegría y buena energía, aportando el equilibrio y la armonía en todos los elementos que rodean.

Naturaleza

Ya sea como arreglos florales, en jarrones decorando mesas o macetas de plantas en distintos rincones y/o ambientes, este tipo de elementos que dan la bienvenida al cliente no pueden faltar en el interiorismo. Las flores y la vegetación aportan frescura, además de purificar y humidificar el ambiente.

Como señala Ana Poncela, diseñadora de interiores sénior y responsable artística y de diseño gráficos en los proyectos de interiorismo de 188 Studio, la decoración floral “permite presentar a los huéspedes una imagen cambiante y atractiva. El espacio se convierte en la base sobre la que trabajar y los elementos florales en la parte dinámica, adaptable a la época del año; a un evento, congreso o celebración… Si, además, se trata de vegetación conseguimos un aporte de olor y frescura que permanece en la memoria de todos. También ayudan a dar fluidez entre los espacios, fusionando el exterior con el interior”.

El uso de plantas y floras se ha convertido en todo un must have en el interiorismo hotelero. La estancia se decoran con elementos ‘verdes’ para proporcionarle a los espacios un toque más natural y fresco. Se utilizan en recepción, habitaciones, baños, bares, restaurantes, etc.

“La elección de la ubicación estratégica de este tipo de ornamentación influirá completamente en el ambiente. En el lobby establece una sensación de bienestar y lujo, creando una primera impresión muy positiva. En los pasillos y las escaleras, que son los ‘espacios olvidados’, introducir estos elementos aporta cohesión en todo el hotel. Colocar ramos en las mesas de los restaurantes crea un ambiente íntimo y sofisticado, que realza la experiencia gastronómica. Las suites y habitaciones de lujo merecen una atención especial. Un pequeño jarrón con flores frescas en la mesita de noche o en el escritorio puede hacer que los huéspedes se sientan mimados y especiales durante su estancia”, apunta Isabel Martínez, CEO y fundadora de Vivie.

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