La correcta exposición y el almacenamiento de las botellas de vino en bares, restaurantes y otros negocios de hostelería es clave para una buena conservación, ya que el vino puede verse afectado por diversos factores como la luz, la temperatura o las vibraciones, entre muchos otros. Ante esta circunstancia, las vinotecas, las cavas y los armarios refrigerados son la solución perfecta.
Hay muchas opciones en el mercado pero conviene elegir bien antes de decirse a comprar. Para ello, hay que fijarse en una serie de cuestiones para escoger las que mejor se ajusten en función del espacio, usos y hasta capacidad económica. Con su utilización se optimiza el espacio de almacenajey son prácticos para guardar los envases. Los hay solo para botellas y algunos están pensados hasta para dar cobijo a las cajas de madera donde vienen los vinos. Pueden ser de dimensiones reducidas o enormes, de pared, de suelo, de mesa, así como de diferentes materiales, desde los clásicos de madera, hasta los de metal o los más modernos, como los acrílicos.
José Miguel Simón, director de Iconno, considera que estos equipos pueden “ayudar a maximizar el espacio al proporcionar un lugar para almacenar las bebidas y accesorios ocupando el espacio adecuado”. Por otro lado, desde Asko señalan que “la vinoteca debe estar acorde con la categoría del establecimiento y a la cantidad de vino que comercialicen. Y, sobre todo, cuidar el producto que atesora de la mejor manera”.
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