La mesa es el lugar donde el cliente pasa la mayor parte del tiempo en el restaurante, por lo que deben cuidarse todos los elementos (mantelería, decoración, vajilla y cristalería) que se colocan en ella, ya que su apariencia influye directamente en la experiencia y satisfacción de los clientes. Por tanto, conocer el correcto montaje de la mesa es básico, ya que la denominada mise en place puede ser la clave del éxito o del fracaso. Es una de las primeras cosas que el cliente ve al llegar al establecimiento y, consecuentemente, es imprescindible crear una primera impresión positiva, que permita disfrutar de la comida con la máxima satisfacción.
Para María José Esteve, responsable de Marketing y Comunicación de Vayoil Textil, “la forma de vestir la mesa, al igual que el resto de la decoración, transmite unas sensaciones que permiten a los comensales saber mucho del restaurante, incluso antes de que los platos lleguen a la mesa. Por lo tanto, esta tiene que ser coherente con la identidad que se quiere transmitir pero sin dejar de lado el diseño y la funcionalidad”
A la hora de vestir la mesa el estilo clásico nunca pasa de moda: elegante y sobrio, es perfecto para cualquier ocasión. Pero también destacan las notas brillantes de color y los nuevos materiales que han aparecido en los últimos años.
Simplicidad, practicidad y resistencia son las características más buscadas para la mise en place. A este tipo de productos el canal hospitality exige, según Emili García Busquets, de García de Pou, que “sean de calidad y realizados con materiales sostenibles”. Asimismo, Félix Martí, director general de Resuinsa, coincide en que “la calidad y el diseño son los dos aspectos fundamentales que deben priorizarse. Por un lado, la calidad es sinónimo de cuidado y profesionalidad. Por otro, el diseño exclusivo marca la diferencia de cada establecimiento, otorgándole un valor añadido”.
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