Por Isabel Fernández

La presencia de cara al público de los empleados de hoteles y restaurantes es fundamental para la imagen que se transmite. Cómo se visten proyecta unos determinados valores a los clientes que hay que cuidar y pulir.
El uniforme debe ser funcional, profesional y cómodo, variando según el puesto y el tipo de establecimiento. Generalmente, incluye prendas como camisas, pantalones, chaquetas, y delantales, con colores neutros o corporativos, así como un calzado adecuado que sea seguro y antideslizante. La comodidad, la durabilidad y la facilidad de limpieza son aspectos clave.
Arantxa Crucelegui, responsable del Área de Producto de Velilla, explica que “un uniforme profesional en hostelería debe equilibrar tres factores clave: comodidad, resistencia y diseño funcional. Debe permitir libertad de movimientos durante toda la jornada, ser resistente al uso intensivo y a los lavados frecuentes, y proyectar una imagen profesional coherente con la identidad del establecimiento. Además, en entornos como cocina o sala, donde el ritmo es alto, resulta esencial que las prendas contribuyan a la eficiencia y el bienestar personal”.
Por su parte, Xavier Albert, del Departamento Comercial de Confecciones Dyneke, considera que debe combinar imagen, comodidad y funcionalidad cumpliendo con varios requisitos iniciales: comodidad y ergonomía (debe permitir libertad de movimiento durante largas jornadas), transpirabilidad (mantener al trabajador fresco y seco, especialmente en cocinas o zonas de calor), resistencia (soportar lavados frecuentes sin perder color, forma ni textura), seguridad e higiene (tejidos ignífugos o resistentes a líquidos calientes, en cocina, y tejidos antibacterianos o antimanchas, en salas), identidad corporativa (reflejar la imagen del establecimiento –colores, logotipo, estilo…– y fácil mantenimiento (materiales que se planchen poco o no necesiten planchado y que se sequen rápido)”.
Además, Guillem Soldevila, CEO y propietario de Brandyourshoes, apunta que, en su caso concreto, que es el del mundo del calzado, “deber ser cerrado y antideslizante para prevenir resbalones y caídas. A nivel de regulación, se recomienda que cumpla con la normativa EN ISO 20347 OB+SCR+E”.
Uno de los requisitos más demandados por los hosteleros es que prevalezca ante todo la seguridad. No vale nada que el vestuario profesional llame la atención o tenga una estética bonita si el tejido con el que está fabricado puede ser inflamable, ya que se estaría poniendo en riesgo la vida del trabajador. Una combinación de seguridad, estilo y buena relación calidad-precio es lo que desea el sector.
Según Arantxa Crucelegui, de Velilla, “lo que más se valora es la durabilidad real de las prendas, tanto en resistencia al desgaste como en mantenimiento estético. También se priorizan soluciones que reduzcan tiempos de reposición, como la disponibilidad constante de tallas, personalización sencilla o entregas rápidas. En cuanto a seguridad, cada vez más establecimientos buscan tejidos antibacterianos o transpirables en función del puesto de trabajo, así como diseños ergonómicos y ligeros para minimizar la fatiga del personal”.
A ello Cristina Canellas, subdirectora de Industrial Texcans, S.A., que cuenta con la marca Pascuet, añade la alta durabilidad, prendas que soporten el uso intensivo y múltiples lavados; fácil mantenimiento, tejidos que no requieran planchado o cuidados especiales, y personalización, bordado o estampado con logo del negocio para reforzar la imagen de marca”.
Asimismo, Xavier Albert, de Confecciones Dyneke, agrega la sostenibilidad: “Materiales reciclados, algodón orgánico o procesos de producción más ecológicos”.
Puede descargarse el artículo completo aquí
Otros reportajes relacionados aquí