Reportajes

Uniformes

Equilibrio entre imagen y comodidad

Escoger el mejor uniforme para la plantilla de un hotel o restaurante implica evaluar diferentes factores que garantizarán la satisfacción tanto del personal como de los clientes.

Por Isabel Fernández

Uniformes Gary’s

El vestuario profesional cumple diversas funciones. Lo más normal es que lo haga con el objetivo de consolidar la imagen de marca, por un lado, y de garantizar la seguridad y limpieza de los empleados, por otro. El sector hostelero es uno de los entornos laborales más proclives a necesitar este tipo de uniformes, que deben cumplir con altos estándares de funcionalidad y estilo para adaptarse a las exigencias del día a día en restaurantes, bares y hoteles. Sin embargo, es fundamental que el uniforme sea adecuado para este puesto de trabajo, equilibrando estética, comodidad y practicidad. Por tanto, el vestuario laboral no es simplemente una cuestión de apariencia, sino una parte esencial del éxito en cualquier establecimiento. Los uniformes no solo proyectan la identidad del negocio, sino que también tienen un impacto directo en la experiencia de los clientes y en el rendimiento del personal. Así, un uniforme bien diseñado comunica profesionalidad y cuidado por los detalles, generando una primera impresión positiva en los clientes. Por otro lado, la comodidad es significativa, ya que el personal de hostelería suele pasar muchas horas en movimiento. Un uniforme mal diseñado puede provocar incomodidad e, incluso, afectar el rendimiento laboral. Además, debe ser funcional para facilitar las tareas diarias, siendo crucial que cumpla con los estándares de seguridad, especialmente en áreas como la cocina.

Según Antonie de Fontanges, director comercial de Bragard España, “un uniforme para hostelería tiene que agradar a tres figuras claves: cliente, jefe y empleado. De cara al cliente, el uniforme tiene que reflejar el ambiente del lugar. El uniforme del camarero es lo primero corporativo que ve el cliente al entrar. Debe tener buen diseño, ser coherente con el local y ser un adelanto de lo que el cliente se va a encontrar en su plato. De cara al empleado, el uniforme debe ser cómodo para ser llevado numerosas horas, debe ser práctico para facilitar los movimientos, disponer de bolsillos para guardar la libreta o la pinza, debe ser fácil de limpiar, ya que cada vez más los empleados tienen que lavar ellos mismos sus uniformes. De cara al jefe, el uniforme tiene que ser bueno, bonito y  barato. Bueno para que dure lo máximo posible, bonito para que siempre quede bien y sea acorde con la imagen del establecimiento, y barato porque hay mucha competencia en el sector y el uniforme debe tener un precio que se ajuste a su calidad. Un empresario que usa buenos ingredientes en la composición de sus platos estará más sensibilizado sobre el precio de la calidad que uno que pilla lo primero y más barato que puede. Los buenos uniformes son una inversión, los malos, un gasto”.

Por su parte, Palo Rodríguez Blanco, responsable de Marketing de Chef Works Spain, considera que “lo más importante es que cumpla con las expectativas de uso y se adapte a las necesidades del trabajador (ambiente, condición climática, etc.) y, además, que sea resistente, es decir, que dure. Tendremos que valorar los tejidos, que sean cómodos, frescos y, lo más importante, que no sean excesivamente pesados o inflamables. No podemos vestir a un cocinero con una prenda de poliéster 100% porque es inflamable o a un camarero con un delantal excesivamente pesado o con elementos metálicos, porque acabará con dolor de cervicales o enganchando los adornos en medio del servicio. A través de los uniformes, mejoramos visiblemente la imagen de nuestro negocio, tratamos que sea limpia, pura, que refuerce la identidad de la marca; buscamos que el cliente que va a comer o a cenar se sienta a gusto viendo el ambiente general de ese espacio y aquí los uniformes cobran una gran importancia”.

Conchi Pulido, de Marketing & Comunicación de Obrerol-Monza, también apuesta por la seguridad, el confort, y la durabilidad y sostenibilidad: “En cuanto a la seguridad, aunque los uniformes no son considerados EPI (Equipos de Protección Individual) según las normas UNE (a excepción de algunos casos específicos como prendas ignífugas), se busca que protejan de riesgos comunes. Por ejemplo, las chaquetillas de cocina suelen tener cierres ocultos y mangas ajustables para evitar quemaduras o atrapamientos. Por lo que se refiere al confort, se enfoca en varios aspectos como el confort térmico (transpirabilidad en ambientes cálidos y aislamiento en fríos) y la movilidad (ergonomía y elasticidad del tejido). Además, la adaptación psicológica del uniforme, como la estética y el ajuste según el género, también es crucial para la comodidad del trabajador. Sobre durabilidad y sostenibilidad, la resistencia del uniforme es clave para reducir su impacto ambiental y prolongar su vida útil, lo cual es un valor añadido de sostenibilidad”.

Tejidos

En un entorno tan dinámico y exigente como es la hostelería, la elección del tejido de los uniformes de trabajo cobra una relevancia especial. Por ejemplo, para los uniformes de cocina, es fundamental elegir  tejidos resistentes a las manchas, el calor y el desgaste constante. Las sargas de algodón han sido históricamente la opción preferida por los chefs de todo el mundo. Las fibras naturales del algodón tienen propiedades termorreguladoras y previenen riesgos de inflamación en ambientes laborales donde se trabaja con fogones. Por su parte, las sargas de algodón-poliéster son una excelente opción con la integración de fibras de materiales naturales, que combinan la transpirabilidad del algodón con la durabilidad del poliéster. Esta combinación resulta la más popular por su resistencia y fácil cuidado. También se emplean las microfibras, un tejido suave, ligero y de secado rápido, que ofrece comodidad y facilidad de movimiento. Además, cada vez más establecimientos optan por uniformes fabricados con materiales sostenibles, como algodón orgánico o tejidos reciclados, para reducir su impacto ambiental. Esta tendencia, además de ser respetuosa con el medio ambiente, transmite un mensaje de responsabilidad social a los clientes.

Puede descargarse el artículo completo aquí

Más información relacionada aquí

Compartir