El estudio Fernado Pozuelo Unique Landscapes presenta las tendencias del paisajismo como experiencia sensorial y emocional clave de la jardinería de lujo. Con más de dos décadas de experiencia y el enfoque innovador del paisajismo humanista, el estudio continúa diseñando escenarios que son mucho más que zonas verdes, sino auténticos oasis para estimular los cinco sentidos: vista, oído, olfato, tacto y gusto. A través de ellos, la naturaleza deja de ser un telón de fondo para convertirse en protagonista sensorial de la vida cotidiana.
Los paisajes diseñados en base a los sentidos canalizan la información del entorno hacia el interior del ser humano, proporcionando experiencias emocionales, cognitivas y terapéuticas. Son ideales para todos, pero especialmente enriquecedores para personas con diversidad funcional, mayores o quienes conviven con algún tipo de deterioro cognitivo, aportando bienestar, estimulación y conexión con el entorno.
“Cada paisajismo nace desde una profunda sensibilidad hacia el prójimo y hacia el entorno natural. Parte de la comprensión emocional del espacio y de quien lo habita. A través del diseño y la selección de especies y materiales, se crea un ecosistema estético, inclusivo y terapéutico que combina el lujo con la armonía interior”, explica Fernando Pozuelo. Este enfoque convierte a los paisajes sensoriales en una forma de arte viviente. Son escenarios donde se despliegan formas, colores, aromas y sonidos diseñados para liberar estrés, fomentar la creatividad, mejorar la salud mental y promover hábitos saludables.
Vista: el uso de especies que cambian estacionalmente, juegos de luces y sombras, pérgolas, espejos, elementos móviles y esculturas permiten una experiencia visual cambiante y poética.
Olfato: incorporando aromáticas como tomillo, romero, lavanda, jazmín o melisa. También se tematizan zonas por aromas (rosaledas, cítricos, campestres) y se integran materiales como corteza, madera o tierra.
Oído: el sonido del agua (fuentes, cascadas), campanas de viento, vegetación que cruje (álamos, bambúes) o fauna integrada (aves, ranas, peces) construyen una experiencia sonora envolvente. También se incorporan jardines musicales o instrumentos naturales.
Tacto: diversas texturas vegetales (helechos, gramíneas, césped), materiales de suelo (arena, caucho, piedra), y elementos interactivos como bancos, rocas o superficies táctiles crean una experiencia física rica y sensorial.
Gusto: huertos urbanos, frutales, zonas de cocina al aire libre, aromáticas comestibles (menta, albahaca, fresas) invitan a degustar el entorno natural con todos los sentidos.
Los paisajes, en particular, se han utilizado con éxito en centros para personas mayores, hospitales, espacios educativos o terapéuticos. Estimulan la mente, fomentan la interacción social y permiten una estimulación sensorial controlada que puede aliviar síntomas de diversas patologías.
Diversos estudios científicos avalan el impacto de los entornos naturales en el bienestar humano:
En entornos empresariales, los espacios exteriores aportan un alto valor añadido:
Pueden diseñarse con criterios de bajo mantenimiento, sostenibilidad y consideraciones bioclimáticas.
• Mejoran la experiencia del cliente y fomentan la fidelización.
• Disminuye el absentismo e incrementan el bienestar laboral y la productividad.
• Aumentan el tiempo de permanencia en espacios comerciales.
En hoteles, restaurantes o espacios de ocio, cultura y atractivos turísticos, son experiencias memorables que revalorizan el lugar.
• Refuerzan la identidad de marca, aumenta el tiempo de permanencia y consumo aportando exclusividad y valores sostenibles.
• Son ideales para actividades al aire libre como eventos.
• Es un complemento a las acciones de RSC.
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