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Studio Gronda, responsable de la arquitectura y el interiorismo del resort V Villas Phuket

La península tailandesa de Ao Yon cuenta con un nuevo resort de lujo totalmente integrado en su naturaleza y playas. V Villas Phuket, diseñado por Studio Gronda, ha sido concebido con el objetivo de potenciar la experiencia del huésped con el exuberante existente. Para conseguirlo, se ha desarrollado un entorno de lujo austero y minimalista, sin perder de vista la escala humana e íntima, de manera que los visitantes se sientan conectados en todo momento con la naturaleza y el medio.

El equipo de Studio Gronda ha sido el responsable tanto de la arquitectura como de los interiores de todos los espacios públicos del resort, que incluyen el pabellón independiente de acceso, los seis pabellones del spa, gimnasio, el estudio de yoga y el edificio principal.

Al contrario del estilo vernáculo prevalente en la península, el diseño busca mimetizarse con la naturaleza local con sutileza e implementando todos los sentidos. Las obras de arte se crearon con flores del país que se reemplazan cada semana. El rooftop se inspira en Acoya, la perla local cultivada en la bahía de Ao Yon. El pabellón de yoga utiliza el agua y las brisas del mar para crear su estética de relajación. El restaurante refleja en sus gigantescas mamparas de bronce las sombras de la exuberante naturaleza que lo rodea. Studio Gronda ha buscado plasmar una arquitectura moderna, minimalista y abstracta que no interfiera con el entorno, sino que se integre en él.

Para Diego Gronda es clave que el viajero sienta una conexión con el medio. El conjunto de los espacios interiores y exteriores ha sido proyectado para poner en relieve una dimensión acogedora y con alma que permita a los huéspedes disfrutar de experiencias únicas. Desde el principio la conexión con la naturaleza es plena; la entrada al aire libre cuenta con un engarzado de selva, rodeado de estanques reflectantes que ayudan a suavizar las temperaturas.

El edificio principal dispone de una panorámica a la península virgen de Ao Yon. Sus tres pisos acogen el restaurante Yon (en la planta baja), el Pool Bar (en el nivel inferior) y Akoya Rooftop (en la azotea), desde cuya zona chill out se disfrutan de vistas 360°. En el nivel inferior, la piscina infinita desde la que se visualiza toda la bahía de Ao Yon dispone de cabañas privadas y tumbonas frente al acantilado.

Los seis pabellones flotantes del spa buscan una conexión etérea con el entorno. La arquitectura ayuda al usuario a desprenderse de su día a día. En el pabellón de yoga, por ejemplo, la luz del sol se filtra a través de una piscina reflectante en la parte superior. La luz, tamizada por el agua, se cuela por un techo acristalado creando ondas de sombra sobre el tatami ayudando a la relajación.

La integración de todas estas disciplinas es posible al poseer el control creativo de la arquitectura, el interiorismo y el paisajismo arquitectónico simultáneamente. Esto último logra crear experiencias de huéspedes donde se difuminan exitosamente las estancias interiores y exteriores del resort.

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