Las principales tendencias de la demanda apuntan a una mayor preocupación por la sostenibilidad en toda la cadena de valor del producto piscina, sobre todo en lo relativo a la eficiencia energética. Asimismo, la aplicación de sistemas inteligentes de ahorro de agua, bombas más eficaces o el control de los residuos son requisitos imprescindibles tanto en la nueva construcción como en la rehabilitación. A estas necesidades se suman otras relacionadas con la estética, la alta calidad de los materiales, así como sistemas smart digitalizados que facilitan el mantenimiento de la piscina.
Las piscinas para hoteles pueden ayudar a los operadores hoteleros a atraer clientes, pero la clave para optimizar recursos está en escoger el tipo de instalación más adecuada. Para elegir la piscina, tienen que estudiarse todas las posibilidades que ofrece el mercado –tipología, materiales usados, complementos, integración en los espacios, etc.–, y debe analizarse, a su vez, aquello que están ofreciendo los competidores.
La piscina ya no es sólo un servicio complementario, ya que supone un atractivo principal para el cliente, lo que la convierte en una fuente de ingresos muy a tener en cuenta. De hecho, se sitúa entre las principales tendencias del sector hotelero y continúa siendo un elemento imprescindible para algunos huéspedes, tanto en hoteles urbanos como en resorts. Las posibilidades que ofrece para hacer una buena foto y las actividades de ocio asociadas (relax, diversión, deporte…) constituyen dos de las grandes motivaciones para los clientes ala ahora de escoger alojamiento.
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