El estudio Burondo ha diseñado un espacio mínimo, sereno y sensorial en Gancedo, empleando la luz, los tejidos y las texturas para recrear ese ambiente relajado que invite a pulsar el botón de pause en medio del ajetreado ritmo de vida que envuelve a nuestra generación.
Las piezas se adaptan a cada momento, como en un refugio que permita huir de la frenética vida que llevamos hoy en día.
Burondo propone con este diseño hacer una pausa en el camino para conectar con lo esencial. Escenificando a través de su creación el ADN de su estudio, una arquitectura honesta, táctil, que elimina excesos y se centra en lo principal.
Para lograr este efecto, ha empleado un papel texturizado lino de la firma que enmarca todo el espacio. En busca de la armonía y serenidad inherentes a la esencia del estudio, los colores terrosos, crudo y beige juegan un papel protagonista. Una alfombra de lana en color natural nos devuelve a las raíces para tomar conciencia de una realidad sin prisas, mientras las cortinas de lino Beret o los almohadones de la colección Ethnic enfatizan este amor por la artesanía y la naturaleza.
Un equilibrio entre refinamiento y brutalidad, lo antiguo y lo nuevo, la reflexión y gusto por la estética son los elementos esenciales del conjunto. Especial importancia cobran aquí los libros antiguos que, lejos de convertirse en meras piezas decorativas, son el medio que canaliza el significado de la reflexión.
Burondo interpreta Gancedo devolviendo la firma a su esencia primigenia: el arte de trabajar el tejido con telares manuales, empleando manos expertas y desarrollando textiles a un ritmo lento para asegurarse de que cada puntada se da siguiendo los estándares de una manufactura impecable.
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