El restaurante Arzábal Bernabéu, ubicado en los bajos del emblemático estadio Santiago Bernabéu, abrió sus puertas con un diseño de interiores firmado por Mil Studios, el estudio de arquitectura e interiorismo que ha redefinido el espacio desde su estado en bruto hasta convertirlo en un ambiente sofisticado, funcional y en total sintonía con la esencia de la marca Arzábal. Con una intervención integral que responde tanto a las exigencias del lugar como a la identidad de la firma, Mil Studios ha logrado que el interiorismo complemente la experiencia gastronómica, hasta convertirse en un elemento clave de la misma.
Desde el inicio, el proyecto de Mil Studios se concibió bajo la premisa de integrar dos elementos fundamentales: el contexto del estadio, un auténtico templo del deporte en pleno centro de Madrid, y la esencia de Arzábal, reconocida por su cocina de producto y su reinterpretación contemporánea del concepto de taberna. La forma en cruz de la planta y la disposición en dos niveles marcaron el punto de partida del diseño, que ha sido estructurado en tres áreas diferenciadas: la barra de acceso, la sala principal con vistas privilegiadas al campo y la zona de reservados, situada en la planta inferior junto a la cocina abierta. Cada una de estas zonas responde a un propósito específico dentro del flujo del restaurante, permitiendo una experiencia gastronómica dinámica y versátil.
La intervención de Mil Studios ha supuesto una transformación completa del espacio, de casi 500 metros cuadrados, dado que el local se encontraba en estado bruto, sin carpintería exterior ni instalaciones previas. Esto permitió trabajar desde cero la distribución y la estrategia espacial, configurando cada área con una lectura clara y coherente. En la planta baja, el recorrido comienza en la barra de entrada, un punto de encuentro flexible y dinámico que conecta el interior con el exterior y que funciona como antesala a la experiencia gastronómica. Desde aquí se accede a la sala principal, que discurre paralela a las gradas y está precedida por una gran barra que organiza el espacio y aporta ritmo visual. Encontramos dos espacios dentro de la sala: bancadas contra las paredes existentes con mesas cuadradas y mesas sueltas más pegadas a la fachada, para que en los momentos de eventos puedan retirarse y aportar esa flexibilidad requerida.
En la planta inferior, la zona de reservados, con la cocina abierta como telón de fondo, refuerza la idea de gastronomía como espectáculo, permitiendo una relación más directa entre el comensal y la cocina.
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto ha sido la elección de materiales, un ejercicio de equilibrio entre la esencia de la taberna clásica y una ejecución contemporánea.
«El concepto de diseño se basó en la creación de un contraste visual y táctil entre texturas rugosas y naturales, y elementos con acabados brillantes», explican desde Mil Studios.
En un principio, la propuesta contemplaba conservar la arquitectura vista del local, pero las exigencias técnicas del estadio obligaron a reconsiderar la estrategia y optar por un revestimiento que respetara la identidad conceptual.
Para ello, Mil Studios ha definido una envolvente de estuco y madera, que genera una base neutra sobre la que destacan materiales más expresivos como acero negro y azulejos oscuros. La paleta de colores se mantiene en tonos naturales, permitiendo que el producto y la experiencia gastronómica sean los verdaderos protagonistas del espacio. En la planta baja, un pavimento continuo unifica la sala, mientras que en la planta -1 se ha introducido un pavimento de madera que asciende hasta los 150 centímetros de altura en forma de zócalo, creando un contraste cálido con la estructura vista.
El mobiliario ha sido diseñado a medida para cada una de las áreas del restaurante. En la barra de acceso, sillas altas de acero refuerzan la sensación de dinamismo, mientras que en la sala principal se han dispuesto bancadas tapizadas y mesas sueltas, permitiendo la máxima flexibilidad en función del tipo de servicio. En los reservados, las butacas de madera y textiles neutros aportan un aire más recogido y exclusivo. Además, la cocina profesional, completamente visible, se integró como un elemento escénico en el espacio.
Otro de los elementos clave de la intervención de Mil Studios ha sido la iluminación, concebida como una herramienta fundamental para estructurar los diferentes ambientes del restaurante. Se ha optado por una luz tenue y puntual, que destaca los materiales y las texturas sin sobrecargar el espacio. A lo largo del día, las escenas lumínicas van evolucionando para acompañar el ritmo del servicio, generando una ambientación que oscila entre la calidez de una taberna tradicional y la sofisticación de un restaurante contemporáneo.
Con esta nueva apertura, Mil Studios reafirma su capacidad para transformar espacios gastronómicos en entornos de alto valor estético y funcional, consolidando su presencia en el ámbito del interiorismo de restauración con una propuesta que combina diseño, materialidad y concepto en perfecta sintonía.
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