Por Isabel Fernández
En la cocina de un restaurante, aparte de los voluminosos equipos, como pueden ser encimeras, muebles, lavavajillas, hornos, fuegos, etc., también son fundamentales y decisivos a la hora de cocinar sartenes, cazuelas, ollas, cacerolas, cuchillos, pequeños aparatos eléctricos, procesadores de alimentos, etc.
Los equipos pequeños de preparación dinámica, además de menaje y gadgets, son esas herramientas que facilitan el trabajo de los chefs, además de mejorar los platos.
Ralladores, picadoras, peladoras, descorazonadoras, coladores, escurridores, tamices, moldes, espátulas, tablas de corte, etc. son utensilios esenciales a la hora de picar, rallar, mezclar, cocina y amasar.
Como toda herramienta de trabajo, estos productos deben ser de calidad y específicos para cada tarea, ya que hacen el trabajo más sencillo.
Si la cocina elabora productos horneados, como pasteles, pizzas o panes, debe contar con un mezclador de alimentos comercial. Las batidoras de mano tienen un mango largo y recto con cuchillas de metal giratorias afiladas en la parte inferior. Son eficientes para mezclar rápidamente salsas y sopas o para picar rápidamente ingredientes de alimentos crudos. Con esta herramienta no es necesario colocar los ingredientes para cocinar en un procesador de alimentos o en una licuadora aparte. Por otro lado, las mezcladoras de encimera son más pequeñas, siendo idónea para panaderías o restaurantes que solo necesitan usar batidoras ocasionalmente. Por último, los grandes mezcladores comerciales, denominados también “de piso”, están hechos para grandes establecimientos que precisan producir cuna gran cantidad de masa y salsa con regularidad. Son enormes y deben fijarse en el suelo para que no se muevan. También consumen mucha electricidad, con la ventaja de que pueden producir mezclas rápidamente.
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