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La legionella y el nuevo Real Decreto, ¿cómo afecta a hoteles y restaurantes?

El nuevo Real Decreto 487/2022, que entró en vigor el pasado 2 de enero de 2023, establece los nuevos requisitos sanitarios para la prevención y control de legionelosis, entre los que destaca la obligación de implantar Planes de Prevención y Control de Legionelosis (PPCL) o Planes Sanitarios frente a Legionella (PSL), más exigentes que el anterior Real Decreto.

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De ríos a lagos, la Legionella es una bacteria que de forma natural se encuentra en estos y otros ambientes acuáticos. Es cuando se multiplica en los entornos artificiales de agua cuando puede suponer un riesgo para la salud de las personas. Su infección se produce al inhalar esas pequeñas gotas que albergan la bacteria, pudiendo llegar a generar en las personas síntomas que van desde la gripe hasta formas más graves de neumonía.

De hecho, en los últimos años España se ha posicionado como uno de los países con mayor incidencia en casos de legionelosis. Así lo demuestran los últimos estudios realizados por el Centro Nacional de Epidemiología, del Instituto Carlos III. Según el último informe, correspondiente al año 2022, en España se notificaron un total de 1.992 casos, de los cuales 1.959 fueron autóctonos y 33 importados. Además, la tasa de notificación por cada 100.000 habitantes llegó a situarse en 4,11, lo que supone un incremento sobre los casos registrados en 2021 de un 43,1%.

Para esta misma institución, la legislación para el control de las instalaciones de riesgo, así como la vigilancia de casos para la identificación temprana de brotes, son cuestiones claves para su control. Esta es la línea que sigue el nuevo Real Decreto 487/2022, que entró en vigor en enero del pasado 2023, una norma que establece los nuevos requisitos sanitarios para la prevención y control de legionelosis señalando, entre otras muchas cosas, qué instalaciones que utilicen agua para su funcionamiento se consideran de riesgo, así como las medidas y planes para prevenir la aparición de la Legionella.

¿Cuáles son las cuestiones clave de este Real Decreto?

Entre las cuestiones más relevantes de esta nueva norma están el aumento de responsabilidades más allá del titular de la instalación o la ampliación del número de instalaciones de riesgo y las medidas de mantenimiento a realizar. En consecuencia, se refuerzan otro tipo de controles como las analíticas en laboratorio, al ser más las muestras de agua que hay que realizar.

Además, con el objetivo de minimizar la presencia, proliferación y dispersión de aerosoles, se obliga a que las empresas implanten Planes de Prevención y Control de Legionelosis (PPCL) o Planes Sanitarios frente a Legionella (PSL), lo que implica la implementación de mayores sistemas de control y la realización de análisis microbiológicos periódicos.

El PPCL deberá contar con un diagnóstico inicial, así como programas de mantenimiento y revisión, tratamiento formación, muestreo y análisis. Mientras que el PSL se fundamenta en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y deberá recoger aspectos tales como la evaluación del riesgo a través de la identificación de peligros, la priorización de riesgos, la localización de puntos críticos y la descripción de las medidas correctoras y verificación.

A ello habría que sumar una cuestión ahora elemental: la formación. La nueva norma establece la necesidad de dar formación a aquellos empleados que vayan a participar realizando pequeñas tareas de prevención y control de Legionella como puede ser la medición de biocida, temperatura, pH, turbidez, purgas de poco uso o sean los responsables técnicos del PPCL o PSL. De nuevo, es el titular de la instalación el responsable de que esta formación exista.

Por otro lado, uno de los problemas que la actualización de normativas puede acarrear a las empresas es el incremento de sobrecostes asociados a su cumplimiento debido a la necesidad de, por ejemplo, incluir inversiones tecnológicas, formar al personal o llevar a cabo ajustes en los procesos operativos para gestionar el control efectivo sobre la Legionella.

Además, muchas tendrán que revisar contratos con proveedores de servicios de mantenimiento y tratamiento de agua para asegurar el cumplimiento de las nuevas regulaciones. En caso de que no fuese así, la empresa puede tener consecuencias legales significativas y ser objeto de posibles sanciones.

Instalaciones de riesgo en bares, restaurantes y hoteles

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La Legionella es una bacteria que puede acabar provocando un auténtico problema de salud pública. Por ello es urgente que, si se es propietario de negocios como bares, restaurantes u hoteles, se lleven a cabo las necesarias medidas de prevención que eviten un problema de salud en el futuro.

Los siguientes sistemas, que se pueden encontrar comúnmente en negocios de este tipo, son instalaciones que utilizan agua para su funcionamiento, producen aerosoles y son susceptibles de convertirse en focos para la propagación de la enfermedad Legionelosis.

En el caso de bares y restaurantes el Real Decreto 487/2022 obliga a la realización de la prevención y control de la legionelosis en los siguientes sistemas: termos y duchas, riesgo moderado; nebulizadores en terraza, riesgo moderado, y torres de refrigeración, riesgo elevado.

En el caso de hoteles, es en Aacumuladores de ACS, riesgo elevado; depósitos de agua fría de consumo humano, riesgo moderado; termos y duchas, riesgo moderado; torres de refrigeración, riesgo elevado, y spas, jacuzzis o bañeras de hidromasaje, riesgo elevado.

Debido al riesgo que entrañan estas instalaciones, es necesario evitar que se den esas condiciones que favorecen la supervivencia y la multiplicación de la Legionella aplicando medidas como el control de la temperatura del agua y su desinfección, minimizar la emisión de aerosoles o garantizar la eliminación de la suciedad y estancamientos mediante un buen diseño y mantenimiento de las instalaciones. Estas son solo algunas de las pautas que este Real Decreto 487/2022 recoge para prevenir y controlar normativa establece en su plan sobre prevención y control de legionelosis.

Las empresas de higiene ambiental se han configurado como uno de los actores principales para ayudar a prevenir y controlar la Legionella. En el caso de Rentokil Initial, no solo cuenta con un equipo especializado en su control, que garantiza la seguridad de las instalaciones de riesgo y el cumplimiento de la normativa vigente, sino que además alberga un Centro de Excelencia de Legionella.

Este centro pone el foco en mantener y mejorar el sistema de calidad en la prevención y control de Legionella, da soporte técnico en la prevención y control de la Legionella, promueve la innovación, desarrollo y sostenibilidad en el sector, imparte formación o da asesoramiento para la especialización en el tratamiento del agua, entre otras muchas funciones.

En este sentido, Rentokil Initial ofrece a sus clientes toda una serie de servicios de prevención y control que garantizan la máxima seguridad frente a la Legionella. De ahí que, como expertos, se encarguen de aplicar guías de evaluación de riesgo en función de cada instalación, programas de mantenimiento específicos para cada instalación y riesgo detectado, en los que se relacionan posibles desviaciones y se proponen nuevas medidas correctoras, llevan a cabo analíticas, a través de la gestión de la recogida de muestras y su análisis en laboratorios homologados independientes, o realizan tratamientos, mediante la limpieza e hiperclonación de puntos críticos.

Fuente: Rentokil Initial, expertos en prevención y control de Legionella

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