Reportajes

Iluminación interior

El poder de transformar un espacio

Un diseño de iluminación bien ejecutado crea ambiente, resalta elementos arquitectónicos y genera experiencias, con lo que es clave para transformar cualquier espacio.

Por Isabel Fernández

Radisson Bilbao (Gunni & Trentino)

Que un hotel o restaurante esté bien iluminado es fundamental para su proyección como negocio. Estética, funcionalidad, ambientación y sostenibilidad son factores determinantes en su iluminación, ya que ayudan a posicionarse y diferenciarse. Su optimización depende de factores como el tipo de luz, la ubicación de las luminarias, la intensidad de la luz, y cómo esta interactúa con los colores y materiales del mobiliario y el resto de la decoración.

Riccardo Carone, propietario y CEO de Deslabs, considera que “la iluminación debe estudiarse y diseñarse junto con la arquitectura y el diseño interior, no más tarde al final del proyecto. El proyecto debe integrar la iluminación en los acabados interiores, la decoración de las paredes, los techos y los objetos”.

Sobre ello también opina Julio César Álvarez, responsable de Proyectos de Ledvance España: “La iluminación interior en el contexto de proyectos contract es crucial para crear ambientes que refuercen la identidad de marca a transmitir y mejoren la experiencia de los clientes, destacando aquellos elementos decorativos y arquitectónicos importantes para la experiencia que se desea. Además, una iluminación correcta influye en el estado de ánimo y el comportamiento de las personas, mejorando el confort visual en cada espacio y contribuyendo a resaltar su funcionalidad. Igualmente, la eficiencia energética es un factor clave y parte esencial de la sostenibilidad del proyecto. Una iluminación bien planificada te da la flexibilidad necesaria para adaptar los espacios a diferentes usos; es un elemento diferenciador que eleva la calidad del diseño interior”.

Desde Gunni & Trentino también destacan que “la iluminación interior tiene el poder de transformar por completo el espacio, y realzar los materiales y acabados. La luz no solo aporta funcionalidad, sino que es un recurso estratégico para crear atmósferas sofisticadas y exclusivas. La iluminación debe ser parte integral del diseño, ya que define el carácter del espacio y ayuda a resaltar los detalles arquitectónicos y decorativos, elevando la experiencia del usuario a otro nivel”.

Además, Mónica Lafuente, fundadora de Let’s Pause, sostiene que “la iluminación interior es esencial para transmitir el alma de un espacio. La iluminación no solo cumple una función práctica, sino que también invita a un acercamiento más íntimo”.

Flexibilidad

Conocer los tipos de iluminación (general, tarea y acento) ayuda a crear ambientes variados y atractivos en cualquier espacio interior. La iluminación general proporciona la luz base para el espacio, cubriendo áreas amplias con una distribución uniforme. Es ideal para iluminar completamente la estancia sin necesidad de otras fuentes de luz. La de tarea se enfoca en áreas donde se realizan actividades específicas, como mesas de trabajo, barras de bar o zonas de lectura. Su objetivo es ofrecer una luz precisa y directa que facilite la visión en tareas concretas. Y la de acento destaca elementos específicos, como obras de arte, plantas o detalles arquitectónicos. Añade dramatismo y profundidad, guiando la atención hacia puntos de interés en el diseño.

El diseño de iluminación se ocupa de la selección y ubicación de las fuentes de luz para alcanzar un efecto armonioso y funcional en el espacio. Al diseñar la iluminación para interiores, es importante adaptar la iluminación al estilo y propósito del espacio, como por ejemplo lograr una atmósfera relajante en un restaurante o una luz brillante y motivadora en sitios en los que se propicie el trabajo. Hay que emplear luminarias y lámparas de diseño que, además de funcionales, complementan el estilo decorativo del espacio, ya que la primera impresión es esencial. También hay que combinar fuentes de luz directas e indirectas para equilibrar sombras y resaltar detalles sin generar excesiva luminosidad.

Para optimizar la iluminación de interiores se aconseja planificar la distribución de la luz en función de la arquitectura y el mobiliario, creando zonas específicas para el descanso, el trabajo o la socialización. Además, se debe aprovechar la luz natural siempre que sea posible, ya que es cálida. Así que se pueden utilizar ventanales, o abrir espacios en los techos (tragaluces) para que entre la luz natural y se integre con el entorno. Así, que la luz natural se puede integrar con sistemas de iluminación artificial que varíen según el momento del día. Y hay que seleccionar fuentes de luz de alta eficiencia y durabilidad, como led, para garantizar un uso prolongado y sostenible.

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