Reportajes

Espacios infantiles

Entretenimiento asegurado

La implementación de espacios infantiles tiene numerosos beneficios tanto para los niños como para el propio hotel, Al instalar estas zonas, se crea un entorno atractivo y seguro que promueve el desarrollo físico, emocional y social de los niños.

Barceló Mussanah Resort

Por Isabel Fernández

Un zona infantil en un hotel es una inversión esencial que no solo mejora la experiencia de los pequeños huéspedes, sino que también aumenta la reputación del establecimiento como un espacio acogedor y familiar. Estas instalaciones no solo ofrecen un espacio de diversión para los niños, sino que también son fundamentales para su desarrollo integral. A través del juego, los pequeños mejoran tanto sus habilidades físicas como emocionales, beneficiándose de un entorno diseñado para su crecimiento y bienestar.

Javier Vallejo, de Modular Sistemas de Ocio-IKC Spain, indica que «los hoteleros, al crear un proyecto de zona infantil, tienen en cuenta una serie de factores clave para asegurar que el espacio sea funcional, atractivo y seguro para los niños, pero que también sea rentable y adecuado a las necesidades de los huéspedes y el propio hotel. Es decir, implica un equilibrio entre seguridad, entretenimiento, comodidad para los padres y rentabilidad para el hotel. Además, debe estar alineado con la identidad y la oferta del hotel para crear una experiencia integral que atraiga a los huéspedes y fomente el retorno del cliente».

Por su parte, Iban Díaz, responsable de Desarrollo de Negocio de Isaba Projects, considera que «los hoteleros demandan espacios singulares y únicos que integren armónicamente con el diseño arquitectónico general del establecimiento. Buscan proyectos que no solo destaquen estéticamente, sino que también sean diferenciadores en el mercado, aportando competitividad al hotel. Además, valoran especialmente la seguridad y la durabilidad de las instalaciones, junto con la capacidad de ofrecer experiencias que sean atractivas, educativas y divertidas para los niños. Otro aspecto clave es la facilidad de mantenimiento, ya que prefieren soluciones que impliquen un bajo coste operativo a largo plazo sin comprometer la calidad».

También Mikel Guerra, director general de Sumalim Playgrounds, explica que «los hoteleros buscan que las zonas infantiles en sus instalaciones sean mucho más que una simple área de juego; desean espacios que cumplan con criterios estéticos, funcionales y emocionales, aportando valor tanto al hotel como a la familias que lo visitan. Estas áreas son una extensión crucial de la experiencia que los hoteles quieren ofrecer. Por un lado, exigen que estas zonas estén diseñadas pensando en la máxima seguridad de los pequeños, cumpliendo con las normativas más exigentes y utilizando materiales certificados. Por otro, buscan propuestas personalizadas que encajen con la identidad del hotel, tanto a nivel arquitectónico como en términos de público objetivo. También es importante la sostenibilidad, un factor que cada vez tiene mayor peso en los proyectos, utilizando materiales duraderos y respetuosos con el medio ambiente, que requieran poco mantenimiento y conserven su aspecto impecable durante años. Por último, se valora que estas zonas sean un punto diferenciador de su oferta, ayudándoles a fidelizar clientes y a generar expectativas inolvidables. En este sentido, un diseño innovador y adaptado puede convertir una zona infantil en un auténtico atractivo del hotel».

Definir el concepto

A la hora de plantearse el proyecto, hay que realizar un trabajo de conceptualización que posibilite que el área infantil parezca una extensión orgánica más del resto del establecimiento. Una vez se tienen claros el presupuesto, el público objetivo y las líneas conceptuales (ubicación, orientación, diseño…), se estará listo para instalar los elementos de juego necesarios. 

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