En una época en la que menos es más, los pasteleros alemanes de Erlenbacher apuestan por la tendencia de las planchas de nata. Pero no se deje engañar por su aspecto: estas tartas son una apuesta segura. La tendencia de ofrecer porciones más pequeñas, en cortes de 15 porciones (5,8 x 6,5 cm cada una), y el look moderno garantizan el éxito.
Este postre atrevido parece sacado directamente de una pastelería de moda. Lo mejor es que es pequeño, pero intenso. Su estructura sencilla, compuesta por una base delicada, una crema esponjosa y una cobertura llamativa, es un auténtico placer. Ya sea como parte de una oferta combinada o como postre ligero después de la comida, este dulce siempre es una buena elección.
Solo se tiene que sacar la plancha del congelador para consumirla. Como está precortada se pueden sacar las porciones de forma individual, según las necesidades de cada momento. Se mantiene fresca durante 48 horas. Estas tartaletas añaden un toque de color al mostrador y cautivan al cliente.
La crème de la crème: la masa de queso sin hornear, mezclada con una preparación de grosella negra, reposa sobre una base de bizcocho de almendras, con lo que se logra una tarta irresistible.
La tarta de la felicidad tiene tres capas: una crema de limón y una crema de frambuesa sobre una base de bizcocho de almendras. La decoración: pistacho picado, convirtiéndola en el centro de todas las miradas. A su lado, el café se ve bastante negro…
Sobre una base de bizcocho de chocolate, se ha puesto nata entremezclada con crema y trocitos de caramelo, y se la remata con una cobertura de crema de chocolate. Cremosa, acaramelada y tentadora.
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