El Tribut nace como un restaurante que combina la tradición culinaria con la voluntad de recuperar oficios tradicionales. Además, quiere ser un homenaje al legado del modernismo en su afán de aglutinar oficios y artes plásticas. El reto era reunir técnicas de construcción tradicionales, algunas ya en desuso, con el objetivo de demostrar que aún hay espacio para construir con estos sistemas y que cumplen con todos los estándares actuales.
El objetivo era crear un referente gastronómico que sitúe la figura de Gaudí en el centro de la mesa. Bajo esta premisa, nace El Tribut, un restaurante que, más allá de rendir homenaje al arquitecto catalán, busca compartir sus valores: el arraigo local, la fuerza de la naturaleza y la esencia del paisaje mediterráneo.
El Tribut se ubica en la planta superior del Balcón Gastronómico, una nueva iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona en el Puerto Olímpico para impulsar el Moll de Gregal. Se trata de una apuesta por la innovación, tanto desde el punto de vista del interiorismo como de la oferta gastronómica. El diseño del espacio, cuyo interiorismo ha ido cargo de Estudi Bonjoch, sigue un proceso poco convencional. Se generan palabras clave que transmiten la esencia del proyecto y se convierten en prompts para la Inteligencia Artificial. A partir de aquí, y con la combinación de diferentes herramientas de visualización, se llega a disponer decenas de imágenes hiperrealistas que se pulen una y otra vez hasta llegar a destilar aquello que se perseguía. Ahí ya aparece cada detalle ante los ojos: mobiliario, acabados, texturas, luz… A continuación, empieza la ingeniería inversa o interiorismo inverso. El proyecto debe aterrizarse primero cumpliendo con la normativa, mediante planos, recorridos, workflow, requisitos en cocina y logística, hasta lograr una planta perfectamente integrada.
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