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El espejo imperfecto de Manoteca

La colección Imperfect Mirror (Espejo Imperfecto) de Manoteca nace de la investigación artística que la diseñadora Elisa Cavani lleva tiempo realizando sobre las posibilidades creativas y de diseño que ofrecen las piezas de mármol, únicas por su forma, color y veteado.

Cavani ha sabido captar la belleza y la historia de un material con millones de años de antigüedad, que fascina por su naturaleza imperfecta y preciosa. Un elogio a la imperfección y a las infinitas posibilidades que encierra.

Todo empezó con un encuentro, en una cantera, con una extensión de fragmentos de mármol coloreado, residuos de procesamiento, «chatarra», destinados a convertirse en arena para la construcción.

«Mi deseo es crear objetos con un fuerte valor estético y artístico, con una fuerte personalidad. Quiero dar nuevos significados a trozos de historia, ya sea individual, social o natural, para devolver el valor a las relaciones humanas, llenándolas de vida, significado y profundidad», comenta Elisa Cavani.

«Salvados» de su destino y llevados al taller de Manoteca en Bolonia, estos fragmentos fueron estudiados y observados durante mucho tiempo.

La intuición de combinar un espejo con el bloque de mármol nació de este estudio en profundidad y de una reflexión sobre la percepción de la belleza, sobre el ser y el parecer, sobre verse y ser visto.

El resultado son objetos que quieren hacernos centrar en la capacidad de observarnos por lo que somos, de aceptarnos y, sobre todo, de reconocernos como únicos y preciosos.

La exploración de este concepto, combinada con la visión artística de Elisa Cavani y la artesanía de Manoteca, dio vida a Imperfect Mirror, una colección de espejos, piezas de arte singulares y diferentes, objetos únicos realizados con piedras en bruto con fascinantes acabados naturales, combinados con elementos de hierro bruñido y madera de roble.

«Los trozos eran de mil colores y tamaños, irregulares, rotos, pero sobre todo no pulidos. Apenas se ve el mármol en su estado natural, como es en realidad. Estamos acostumbrados a superficies lisas, formas perfectas y acabados con una capa de cera brillante. Como una persona que acaba de despertarse y está desaliñada, antes de ‘ponerse presentable’ quizá con una capa de maquillaje, la base de mármol en bruto tiene un valor independiente de su forma y su pulido. Observando estos trozos de mármol considerados desechos, pensé en el silencio, en los millones de años, en los continentes que chocan y forman los Alpes y todas las montañas de las que extraemos mármol. Ese mismo mármol que estuvo a punto de convertirse en arena sólo porque no tenía la forma adecuada, ese mármol formado por los movimientos de la corteza terrestre, que primero fue un arrecife de coral, ha incorporado fósiles, ha atravesado eras geológicas, encerrando en sí mismo la historia del mundo. Así nacieron estos objetos, uno diferente del otro, cada uno perfecto y lleno de valor en su aparente imperfección», señala Cavani.

Manoteca es un laboratorio artesanal y espacio de experimentación de lenguajes transversales y creaciones de diseño con fuerte personalidad, fundado por la diseñadora Elisa Cavani en 2011 en Bolonia.

En el corazón de cada proyecto hay un trozo de historia al que se da nueva vida: puede ser un objeto reinterpretado, un bloque de mármol que lleva en sí las huellas de estratificaciones seculares, un fragmento de metal o un material en el que la creatividad de la diseñadora ve infinitas posibilidades.

El resultado de este proceso creativo es una colección de objetos emocionales, preciosas piezas únicas que combinan arte, artesanía, visión y alma. Pero también son, al mismo tiempo, nuevas formas de comunicar y nuevas historias que contar, a través de los significados que aporta cada pieza, siempre fuertemente ligada al territorio del que nace.

Son esculturas funcionales con un fuerte impacto estético y narrativo: pueden ser espejos que exploran la frontera entre el ser y el parecer, transformando mesas, componentes de mobiliario, verdaderas obras de arte.

Cada pieza se elabora totalmente a mano en el atelier boloñés con la colaboración de diez artesanos expertos (herreros, carpinteros, restauradores, tapiceros, vidrieros) que, con generosa atención y sincero cuidado, aportan pericia, historia y valor a cada objeto.

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