Por Isabel Fernández

Las habitaciones son las estancias en las que los clientes pasan más tiempo y, por ello, arquitectos y decoradores, además de una estética atractiva, tienen que ofrecer comodidad. Para captar su atención, deben crearse espacios impactantes a través de una decoración exclusiva y un diseño innovador. Aun así, no sirve de nada tener una habitación con una decoración asombrosa si no se puede disfrutar de ella porque la calidad de los productos y materiales que hay instalados no proporcionan confort.
El interiorista Erico Navazo explica que “los hoteleros buscan que las habitaciones sean funcionales, pero con alma. Quieren espacios acogedores, bien diseñados y que perduren en el tiempo, tanto estética como técnicamente. También se valora mucho que el mantenimiento sea sencillo y sostenible, con materiales nobles y duraderos. En definitiva, buscan ofrecer una experiencia que el huésped recuerde, no solo un alojamiento”.
Por su parte, Alejandro Fernández, socio fundador de EstudioFaas, considera que “los hoteleros desean, ante todo, optimizar la experiencia del huésped sin comprometer la operativa ni la rentabilidad del espacio. Nos piden habitaciones que transmitan identidad de marca, confort y funcionalidad, con un diseño que seduzca tanto en persona como en imagen, clave en esta era digital actual. Valoran la eficiencia espacial, la durabilidad de los materiales y la facilidad de mantenimiento, pero también la versatilidad, ya que el huésped actual demanda ambientes flexibles, tecnológicos y sostenibles. En definitiva, los hoteleros buscan un equilibrio entre estética, confort y gestión inteligente del espacio, para ofrecer una experiencia memorable que refuerce la fidelización del cliente. Y lo más importante, aún si cabe, es proponerles un storytelling global del proyecto en el que aunar diseño con las experiencias que ellos desarrollan”.
Asimismo, Juan Luis Requena Ruiz, socio fundador de Requena y Plaza, indica que “un requisito general suele ser el aprovechar al máximo los metros cuadrados para incrementar en lo posible el número de habitaciones, sin sacrificar la comodidad ni la imagen y requerimientos que cada marca tenga como característicos propios. Otra demanda suele ser optimizar costes energéticos y de suministros en las estancias de los clientes porque ello tiene un considerable impacto en la cuenta de resultados del negocio. Ahorrar en mantenimiento futuro suele ser otro requisito muy común: a través del uso de materiales duraderos y de fácil limpieza, como suelos o recubrimientos resistentes a un uso intensivo, textiles antimanchas o mobiliario que soporte el desgaste, y que permitan una limpieza rápida y efectiva por parte del personal. Por supuesto, y siempre presente en el diseño, todo ello ha de ser consistente con la identidad visual de la marca. El diseño de las habitaciones debe reflejar los valores y las cualidades del hotel, y ofrecer una experiencia visual atractiva, que invite a los huéspedes a recomendar y compartir en redes sociales su experiencia y satisfacción. Además de la eficiencia de la inversión, los proyectos de diseño de los hoteles suelen demandar plazos ajustados, ya que el tiempo en que una habitación está fuera de servicio afecta directamente a la rentabilidad del hotel”.
Además, Àngels Castellarnau Visús, arquitecta Edra Arquitectura Km0, agrega que, “generalmente, buscan identidad y durabilidad: un espacio que comunique la esencia del hotel, sea funcional en el día a día y mantenga su carácter con el paso del tiempo. Los hoteleros buscan que la habitación se convierta en un valor diferencial del establecimiento, capaz de aportar una experiencia sensorial y emocional memorable, más allá de la estética. El diseño debe equilibrar operatividad y emoción, ofreciendo calidad espacial, comodidad, facilidad de mantenimiento y una atmósfera que invite al descanso profundo”.
Para Virginia Núñez, responsable de Diseño de Moinsa, “los hoteleros buscan eficiencia, durabilidad y diferenciación. Cada proyecto exige un equilibrio entre estética y operatividad: un diseño atractivo, pero que sea fácil de mantener, resistente al uso intensivo y con un coste controlado. También demandan soluciones integrales –mobiliario, iluminación, tecnología, climatización y control de accesos– que aporten coherencia y simplifiquen la gestión”.
Crear espacios sostenibles es una de las tendencias primordiales en la industria hotelera. Se apuesta por materiales reciclados y reciclables, sistemas de ahorro de energía y prácticas de construcción sostenibles, lo que no solo disminuye el impacto sobre el medio ambiente, sino que también es atractivo para huéspedes que dan valor a la responsabilidad ecológica. Además, la incorporación de tecnología en las habitaciones es fundamental. Los clientes esperan encontrar sistemas de control de iluminación y climatización a través de dispositivos móviles, así como soluciones de entretenimiento personalizadas que faciliten su estancia y, además de confort, brinden conectividad.
Javier Verdugo, responsable de Interiorismo y FF&E de CM4 Arquitectos, apunta que las tendencias que imperan en el diseño de una habitación de hotel “dependen mucho del tipo de establecimiento y del perfil del huésped, pero hay principios que se repiten siempre. El primero es la funcionalidad inteligente: espacios eficientes, materiales resistentes y fáciles de mantener, capaces de conservar su aspecto con el paso del tiempo. A partir de ahí, el reto está en dotar de carácter y autenticidad a cada habitación. Hay que trabajar para que la funcionalidad no derive en frialdad: buscar que el huésped perciba confort, sinceridad y coherencia estética. Cada proyecto tiene su propio relato y el diseño debe transmitirlo de forma natural”.
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