La automatización en la industria hotelera se ha consolidado como un factor estratégico para mejorar la eficiencia operativa, optimizar el uso de la energía y elevar la experiencia del huésped. Dependiendo de la categoría del establecimiento, se aplican diferentes soluciones tecnológicas que van desde sistemas simples y asequibles para hoteles económicos, hasta plataformas integradas y de alto rendimiento en hoteles de lujo. Entre las herramientas más relevantes se encuentran los detectores inteligentes, capaces de gestionar de forma precisa la iluminación, la climatización y otros sistemas, adaptándose a las características y necesidades de cada tipo de hotel.
Para los hoteles de categoría económica (de dos a tres estrellas), la opción más recomendable son los detectores Standalone, concebidos como una evolución de los tradicionales tarjeteros. Joana García, New Business Development de B.E.G., destaca que «muchos huéspedes dejan la tarjeta colocada en el tarjetero antes de salir, por ejemplo a la playa, para asegurarse de que al regresar la habitación estará fresca y perfectamente climatizada. Este hábito demuestra claramente cómo su uso no cumple con el objetivo de eficiencia energética que persigue».
El principal valor de los detectores Standalone reside en el control eficiente de la energía, ya que apagan de manera automática luces, climatización y tomas de corriente cuando la habitación queda desocupada. Esto se traduce en una disminución significativa del consumo eléctrico, lo que permite al hotel reducir costos sin comprometer el confort. Además, su instalación es sencilla, no requiere modificaciones complejas en la infraestructura eléctrica y demanda un mantenimiento mínimo, lo que facilita la adopción de esta tecnología sin inversiones elevadas. Normalmente se dispone un detector principal en la entrada de la habitación y dos adicionales (en la zona de la cabecera de la cama y en el baño) que garantizan la activación de la iluminación y la climatización únicamente cuando se detecta ocupación. Su diseño es discreto y silencioso, se integra fácilmente en la estética de la habitación y ofrece funciones adicionales como la posibilidad de desactivar el LED interior para evitar molestias visuales. Al mismo tiempo, favorecen la gestión operativa, ya que permiten al personal de limpieza y mantenimiento conocer en tiempo real el estado de las habitaciones, programar tareas de forma más eficiente y utilizar los recursos de manera inteligente.
Desde la perspectiva del huésped, estos sistemas representan un plus en comodidad, al ofrecer un control intuitivo y automático que mejora la experiencia de alojamiento sin necesidad de interacción manual, y la hace más personalizada.
En los hoteles de alta gama (cuatro y cinco estrellas y resorts), la recomendación es la implementación de sistemas centralizados basados en BMS (Building Management Systems), con tecnología KNX, el único estándar abierto de automatización de edificios reconocido a nivel mundial. Este protocolo permite integrar y controlar, desde una misma plataforma, múltiples parámetros: detección de ocupación, regulación de la iluminación (encendido, apagado e intensidad), ajustes de temperatura para calefacción, refrigeración y ventilación, gestión de persianas y cortinas, control de accesos o, incluso, la conexión con tablets y dispositivos inteligentes mediante Wi Fi.
Los detectores de presencia en estos sistemas destacan por su avanzada tecnología. Ofrecen cobertura de 360° con detección de movimientos tangenciales, radiales y hasta pequeños gestos; incorporan sensores mixtos de luz natural y artificial para regular la iluminación en tres niveles de intensidad, y añaden medición de temperatura, humedad relativa y calidad del aire, lo que permite optimizar la climatización (HVAC) y garantizar un ambiente saludable. También incluyen un detector Micro que registra la intensidad del sonido y activan señales acústicas de emergencia en situaciones de peligro.
En cuanto a la lógica de funcionamiento, cuando el huésped accede a la habitación se activa la «Escena de bievenida», que enciende las luces necesarias y ajusta la velocidad del ventilador a «Alta» y se conecta el sistema de clima hasta alcanzar la temperatura previamente definida por el operador del hotel. Al cerrar la puerta, entra en acción el sensor PIR, que mantiene la habitación en estado «Ocupado» mientras detecta movimiento. Si no se registra actividad durante un periodo de tiempo configurado, el sistema cambia automáticamente al modo «No ocupado», reduciendo el consumo energético sin que ello afecte al confort del cliente. Finalmente, todos los estados de la habitación se irán actualizando en el software de monitoreo central.
La automatización de la industria hotelera adaptada a cada tipología de hotel constituye una inversión inteligente: desde detectores Standalone instalados en hoteles económicos hasta sistemas KNX integrados en hoteles de lujo, estas soluciones permiten reducir costos operativos, optimizar el uso de energía y mejorar la experiencia del huésped. Esta tecnología se consolida como una herramienta indispensable para la gestión moderna de la hotelería, al tiempo que garantiza que el ahorro energético no implique sacrificios en confort o funcionalidad.