Por Isabel Fernández
La climatización puede convertirse en un factor capaz de influir en la satisfacción de los huéspedes respecto del hotel, contribuyendo a determinar su éxito. Alcanzar el confort debe ser un objetivo fundamental en la fase de diseño del sistema de climatización. Para ello se deben tener en cuenta algunos factores clave, como el bienestar termohigrométrico (esa sensación particular en la que las personas están a gusto y no sienten ni calor ni frío), el bienestar acústico y la calidad del aire interior.
A la hora de diseñar un sistema de climatización para un hotel se debe prestar la máxima atención a su eficiencia energética, dado que las distintas zonas de la estructura y las habitaciones tienen intervalos de uso y cargas térmicas muy diferentes. Otras variables que inciden en la gestión del sistema son la energía consumida y los costes de explotación y mantenimiento ordinario y, de ser necesario, extraordinario.
Muchos hoteles también ofrecen servicios adicionales como gimnasio, piscina y spa, pero también salas especiales para reuniones de negocios. Por supuesto, cada uno de estos ambientes presenta diferentes necesidades por lo que se refiere a temperatura, humedad y renovación del aire, y el sistema de climatización debe poder satisfacer todas estas demandas.
Para la elección del sistema de un hotel, también es necesario considerar el periodo durante el cual se encuentra en actividad. Una estructura abierta solo en verano solo necesita un sistema para el aire acondicionado estival y para la renovación del aire, mientras que un hotel abierto los 365 días del año no puede prescindir de una solución que también ofrezca un rendimiento óptimo de calefacción.
Según Santiago Parera, Iberia & Latam business director de Eurofred, “la elección del sistema de climatización en un hotel tiene un impacto directo en dos aspectos fundamentales: el confort de los clientes y la eficiencia energética del establecimiento. En primer lugar, el confort térmico es un factor clave en la satisfacción del huésped, especialmente en destinos turísticos condicionados por las estaciones de verano o invierno. De esta manera, la integración de un sistema de climatización garantiza un ambiente agradable, pero también aporta valor añadido al fomentar la fidelización del cliente, las reseñas positivas y las recomendaciones, aspectos cada vez más importantes en mercados tan digitalizados como el hospitality. En lo referente a la eficiencia energética, la climatización juega un rol principal. Según estimaciones de la Unión Europea (UE), la calefacción y refrigeración de edificios supone el 40% de toda la energía que se consume en la UE y el 36% de todas las emisiones de CO2. Por ello, contar con un sistema eficiente, con gestión centralizada y monitorización en tiempo real tendrá un impacto directo en la eficiencia energética del edificio, pudiendo reducir los costes operativos y la huella de carbono del negocio. Es posible ir un paso más allá en cuanto a la optimización del consumo energético considerando sistemas que incluyan conectividad. Estos equipos facilitan un control aún más preciso en el consumo energético, ajustando automáticamente el rendimiento según la ocupación y la temperatura ambiente, ofreciendo funciones avanzadas mediante la domótica y mejorando la rentabilidad del negocio”.
También apunta Carlos Martínez, responsable de Formación y Transferencia de Conocimiento de Sodeca, que “las instalaciones de climatización y ventilación juegan un papel clave en el bienestar y confort de los usuarios, el consumo energético anual y los costes económicos derivados de las actividades hoteleras. Estos sistemas resultan imprescindibles para mantener una buena calidad del aire en todas las habitaciones y salas de los edificios hoteleros, renovando el aire interior y eliminando los contaminantes que se puedan acumular. Además, los sistemas de ventilación con recuperación de calor permiten recuperar parte de la energía destinada a las actividades de calefacción y refrigeración. Mediante su implementación es posible reducir drásticamente el consumo energético de estos edificios, reduciendo las emisiones a la atmósfera y permitiendo grandes ahorros anuales en la factura de la luz. Se estima que la utilización de recuperadores de calor en edificios puede suponer un ahorro anual de hasta el 30% en los consumos de calefacción y refrigeración”.
Para no errar en la elección del tipo de equipo más adecuado, se debe realizar un pequeño estudio de los conceptos más importantes que se deben conocer para aplicar bien esos criterios en la toma de decisiones. Al mismo tiempo, se conocerán las claves de la climatización en los hoteles y su funcionamiento.
Como aconseja Toni Verge Villarroya, jefe de la División Climatización de Salvador Escoda, “el primer paso es analizar los requerimientos específicos del hotel. A partir de ello, es recomendable contactar con una empresa especializada en climatización que pueda asesorar sobre las opciones más adecuadas y eficientes en función de las necesidades del negocio”.
Por su parte, Álvaro Villaverde, director de Ventas de HVAC-R en Johnson Controls Iberia, señala que “los hoteles necesitan proporcionar a sus huéspedes los más altos niveles de satisfacción y confort, optimizando al mismo tiempo la eficiencia operativa. A la hora de proyectar e instalar el sistema de climatización, se debe considerar la eficiencia energética del sistema, su adaptabilidad a las necesidades del hotel, la integración con sistemas de automatización y el mantenimiento a largo plazo. Se debe apostar por soluciones diseñadas para optimizar la eficiencia energética, desde bombas de calor hasta enfriadoras con recuperación de calor; herramientas digitales que funcionan con los sistemas ya implementados; soluciones llave en mano para objetivos de energía renovable y net zero y generación de informes, con opciones para mostrar los resultados de sostenibilidad a los huéspedes, y acuerdos de servicio flexibles y personalizados para minimizar el riesgo y maximizar el ROI”.
Además, Ignacio Abati, director general de ista, resalta que “se deben considerar varios factores, como una mayor eficiencia energética a través de tecnologías que permitan reducir el consumo de energía, sin comprometer el confort de los huéspedes. Otro factor importante es la planificación e instalación de sistemas de control y medición que permitan que se optimice el uso de la energía. Es importante que los sistemas sean fáciles de gestionar y con un bajo coste de mantenimiento para que sean operativos. Por último, se deben elegir equipos con bajo impacto ambiental que aspiren, no solo al cumplimiento de la normativa, sino que contribuyan al máximo a la sostenibilidad del establecimiento”.
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