El nuevo local del Grupo La Musa, Run Run Run, está muy lejos de ser un café tradicional. En lo que respecta a su materialidad es un caserón incrustado en un edificio moderno, una neoguarida a medio camino entre lo interior y lo exterior, entre el café-restaurante y el invernadero urbano.
Su responsable ha sido el arquitecto Andrés Jaque, fundador del estudio Office for Political Innovation, y que elude firmemente los esteticismos habituales: “Este local no ha sido diseñado para ser visto. Hay otra ciudad que no se ha construido con edificios sino con la actitud de las personas, que deciden moverse por ella de otra manera: Run Run Run es la primera embajada de esta nueva ciudadanía que corre”.
Área de descanso
Ubicado junto a cuatro complejos deportivos en el madrileño barrio de Vallehermoso, Run Run Run es una parada obligatoria para runners y amantes de la vida sana que busquen un lugar en el que reposar y repostar. “Una infraestructura”, explica Jaque, “que permite convertir la calle en un campo de juego y de entrenamiento”.
El local está organizado como un gran invernadero con una cocina abierta en su centro y cualquiera está invitado a sentarse a comer en la misma mesa en la que los cocineros trabajan.
La planta superior da la bienvenida al comensal de forma alegre y colorista, invitando a explorar cada rincón del espacio, mientras que la planta inferior destaca por su gran luminosidad y por la agitada vida de la barra que atraviesa el local, pensada para que confluyan los deportistas, vecinos, comensales y el personal como una gran familia.
El conjunto se percibe como una techno-guarida urbana, rodeado de un huerto colgante en el que se cultivan algunos de los ingredientes con los que se cocina en Run Run Run. Un espacio luminoso y gigante, cuyo mobiliario sorprende con colores vibrantes, pan de oro y fragmentos minerales. Y es que nada es convencional en Run Run Run: un lugar llamado a convertirse en el nuevo local de referencia para un nuevo tipo de madrileño.
