Por Isabel Fernández

La inmótica es la domótica aplicada a edificios comerciales como hoteles o restaurantes, entre otros. Su objetivo es automatizar y centralizar el control de instalaciones para mejorar la eficiencia operativa y la experiencia del cliente. Esta tecnología permite gestionar de forma integrada la iluminación, climatización, seguridad, control de accesos y sistemas de entretenimiento, lo que genera ahorro energético, reduce costes de mantenimiento, y proporciona mayor confort y seguridad a los huéspedes.
Como señala Raúl López, country manager de B.E.G., «la tecnología está transformando profundamente la gestión hotelera, permitiendo a los establecimientos operar de forma más eficiente, segura y centrada en la experiencia del huésped. Un ejemplo claro es la eliminación de las tradicionales llaves o tarjetas físicas para acceder a las habitaciones. Hoy en día, los sistemas inteligentes permiten que los huéspedes utilicen sus propios dispositivos móviles para controlar el acceso y los servicios de la habitación, eliminando la necesidad de soporte físico y reduciendo los costes operativos y de mantenimiento. Esta evolución tecnológica también ha mejorado significativamente los procesos de check in y check out. A través de soluciones integrales, los hoteles pueden ofrecer tanto procesos manuales, gestionados por el personal, como automáticos, sincronizados con sistemas de gestión hotelera. Esto no solo agiliza la llegada y salida de los huéspedes, sino que permite una gestión más precisa de la ocupación y del estado de las habitaciones, gracias a la sincronización en tiempo real de los datos. Además, el uso de perfiles personalizados, como el idioma preferido o ajustes de confort, contribuye a ofrecer una experiencia mucho más personalizada y fluida».
Además, Fabio Virgilio, marketing strategist de HCS by Airvent-Tecnoairvent, sostiene que «la mejora que aportan los sistemas de domótica hotelera tiene un efecto en varias áreas. El personal trabaja de forma más eficiente, reduce los errores en un 20 % y logra responder con más rapidez a las necesidades de los huéspedes. El gerente del hotel tarda menos tiempo en gestionar la estructura y el personal, ya que tiene siempre bajo control cualquier cosa que suceda. La seguridad aumenta mientras que los costes energéticos disminuyen notablemente».
También Jesús Mora, director comercial de Zennio Spain, recalca que «la tecnología se ha convertido en una herramienta esencial para mejorar la eficiencia operativa de los hoteles. Permite automatizar procesos, reducir costes, optimizar el consumo energético y, sobre todo, ofrecer una experiencia más personalizada al huésped. Desde nuestra experiencia hemos comprobado cómo la integración de sistemas inteligentes aporta valor en cada fase de la operación hotelera: desde la gestión de accesos hasta el control ambiental o la supervisión remota de instalaciones. La clave está en que todo funcione de forma coordinada y discreta, mejorando el confort y reduciendo la carga operativa del personal».
Asimismo, Juan A. Aroca, CEO de One Control, destaca que «la principal preocupación de cualquier empresario, obviamente, es que sus proyectos resulten rentables. Por ello se han de controlar tanto ingresos como gastos y, en este segundo apartado, el de los gastos, el recibo eléctrico de un hotel es uno de los más significativos. En este sentido, tenemos que ser eficientes en el apartado de climatización, transporte vertical, iluminación y cámaras frigoríficas, que son las cuatro instalaciones que mayor consumo tienen. Un sistema de control automatizado de estas instalaciones no solo permite controlar el gasto cada hora y recibir alertas de excesos de consumo, sino que nos proporcionará una gran cantidad de datos para tomar las decisiones adecuadas».
Por tanto, el ahorro es uno de los principales motivos por los cuales se instalan la inmótica en los hoteles. Pero, ¿de qué ahorro se puede hablar cuando se invierte en estos sistemas?
Antonio Moreno, de Jung Electro Ibérica, responde que «el ahorro de cualquier sistema depende de varios factores. Por un lado, está el punto de partida. Es decir, con qué situación inicial nos estamos comparando. Después está la propia tecnología implantada y, finalmente, un factor bastante imprevisible, como puede ser el uso que las personas hacen de estas instalaciones. Por esta razón, es muy difícil dar cifras».
Para Encarna Chauvet, export manager de Modelec, «con una instalación domótica bien pensada, se calcula que se puede ahorrar entre un 10 y un 20 % de energía, gracias a la gestión inteligente de los recursos hídricos o energéticos, en particular controlando el encendido automático de las luces, de la calefacción o del aire acondicionado, o incluso el manejo de las cortinas. El sistema de calefacción puede programarse para que se apague cuando una ventana está abierta o las persianas pueden programarse para que se abran según la hora del día o la cantidad de luz exterior, entre otras funciones. En el caso de un hotel, un sistema de automatización de edificios también puede reducir los costes de gestión».
En cambio, fuentes de Simon consideran que «la implantación de sistemas inmóticos permite conseguir ahorros significativos en el consumo energético, que pueden alcanzar entre un 30 % y un 40 % según la infraestructura del edificio. La automatización de recursos como climatización, iluminación y otros dispositivos en función de la ocupación reduce los costes operativos, minimiza el desperdicio de energía y contribuye a la sostenibilidad del establecimiento».
Puede consultar el artículo completo aquí
Más información relacionada con inmótica aquí