La familia Rocacho crece. El aclamado restaurante madrileño, referente en cocina a la brasa, inaugura su tercer local en la capital y vuelve a confiar en el talento creativo del estudio Cuarto Interior para materializar su filosofía en forma de espacio. Esta nueva apertura consolida un concepto que ya es marca de la casa: fuego, respeto al origen y un compromiso absoluto con la excelencia.
Fiel a la identidad que ha definido a sus dos hermanos mayores –el icónico local de Padre Damián y el elegante espacio en Plaza Marqués de Salamanca–, este nuevo Rocacho Valdebebas sigue apostando por una estética cálida, envolvente y sofisticada, en la que diseño e interiorismo acompañan la experiencia culinaria sin robarle protagonismo.
Cuarto Interior vuelve a interpretar la filosofía de Rocacho con un interiorismo que respira materia y alma. Las texturas naturales y los materiales nobles –madera maciza, mármol, tejidos suaves– conviven con una cuidada paleta cromática que se nutre de los tonos oscuros de las maderas y de matices granates y rosas profundos, en clara referencia a las carnes y vinos que protagonizan la propuesta gastronómica.
El suelo, de cerámica en espiga con acabado efecto madera, aporta calidez y evoca la estética atemporal de los materiales artesanales. En las paredes, los revestimientos de papel pintado con texturas que evocan leña o cestería añaden capas sensoriales y profundidad visual. Los espejos, enmarcados en madera oscura, multiplican la luz y el espacio sin perder sobriedad.
En el techo, las vigas de madera se combinan con instalaciones vistas que, lejos de esconderse, se integran pintadas en el mismo tono de las paredes y aportan un toque honesto y auténtico, de asador de toda la vida, que conecta con las raíces del proyecto.
La iluminación juega un papel fundamental en la creación de esta atmósfera íntima y elegante. El cuidado equilibrio entre luz funcional y ambiental combina elementos focales en el techo con luminarias suspendidas que aportan carácter y detalle: como los globos cerámicos tipo cencerro sobre las mesas y las escultóricas lámparas cilíndricas de tres cuerpos verticales (modelo Elma de Aromas), que añaden el toque de diseño contemporáneo.
Más allá del diseño, la esencia de Rocacho sigue siendo la misma: una cocina de producto, de brasas y de respeto por los sabores auténticos. La carta vuelve a poner el foco en la materia prima, con carnes seleccionadas, pescados al punto y una bodega que acompaña sin eclipsar. Todo al servicio de una experiencia que conquista sin necesidad de artificios.
Este tercer Rocacho es mucho más que una apertura: es una reafirmación de estilo, sabor y visión. Un nuevo punto de encuentro en Madrid para los que saben disfrutar de la buena mesa, el ambiente cuidado y el poder de las cosas bien hechas.
«Hemos querido mantener la coherencia con los otros dos restaurantes Rocacho, pero dotarle de una identidad propia, con detalles arquitectónicos que evocan el asador clásico y una estética envolvente, muy emocional. Apostamos por materiales honestos, texturas que se sienten, y una atmósfera cálida donde el diseño acompaña sin imponerse, al igual que hace la cocina de Rocacho con su producto», comentan Germán Álvarez y José Manuel Fernández, socios fundadores de Cuarto Interior.
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