Por Isabel Fernández
Las zonas de baño de los hoteles y complejos turísticos son elementos esenciales que mejoran la experiencia de los huéspedes. Estos paraísos acuáticos no solo ensalzan el ambiente general del establecimiento, sino que también se convierten en puntos focales para relajarse, socializar y crear recuerdos inolvidables. Las posibilidades que ofrecen para hacer una buena foto y las actividades de ocio que normalmente se asocian con las piscinas de hotel (relax, diversión, deporte…) constituyen dos de las grandes motivaciones para los clientes. La incorporación de otros elementos circundantes (desde una coctelería hasta espectáculos de agua o parques acuáticos) contribuye a dar forma a un espacio recreativo único capaz de potenciar mucho más el rendimiento económico de estos negocios. Elegir la instalación acuática adecuada es de vital importancia para asegurar, por un lado, la satisfacción de los usuarios finales y, por otro, la eficiencia de la inversión realizada por los operadores de piscinas.
Para Alejandro Cárdenas, responsable de Marketing de Filinox-Soluciones en Acero Inoxidable, «la piscina es un pilar clave en la identidad y atractivo de un hotel. En muchos casos, es un factor decisivo en la elección del alojamiento, refuerza su posicionamiento en el mercado y eleva la experiencia del huésped. Una piscina bien diseñada no es solo un extra, sino una inversión estratégica que aumenta la ocupación y la satisfacción del cliente».
En este sentido, el sector actual de las piscinas ofrece aplicaciones innovadoras, como las tecnologías de automatización y los sistemas de información de datos en tiempo real, así como técnicas de construcción modernas que reducen el tiempo de construcción de la piscina y minimizan los costes, tanto de mantenimiento como de funcionamiento.
Las soluciones de piscina para hoteles existentes actualmente permiten a los hoteles y resorts escoger entre un buen número de atractivos y modernos diseños que encajen en sus modelos de negocio y atraigan al tipo adecuado de clientes. Así, el diseño del proyecto hotelero desempeñará un papel clave a la hora de escoger la piscina. Si se trata de un edificio moderno decorado principalmente con acero inoxidable y cristal mediante un esquema de color sencillo, se puede optar por una piscina de entrenamiento o recreativa, una infinita o incluso un hidromasaje de exterior. En términos de diseño, no hay duda de que una piscina de cristal o de acero inoxidable es perfecta para este tipo de hotel. Como alternativa, también se puede recurrir a un recubrimiento de mármol, que embellecerá el ambiente y el área de la piscina.
Por otra lado, los hoteles más tradicionales o rústicos podrían beneficiarse de spas ornamentados y piscinas de relax exteriores en las que se podría jugar con diseños de piedra terracota. Asimismo, si el hotel cuenta con un tradicional estilo chalet, puede decantarse por una piscina cubierta. En el interior, se puede optar por un diseño moderno y elegante de spa, que se distinga del resto del hotel. Sin embargo, para un hotel de montaña, se puede contemplar la posibilidad de un diseño de spa en madera y tonos cálidos.
También hay que pensar en los metros disponibles. Si hay metros de sobra, se puede instalar una piscina de entrenamiento o una gran piscina recreativa para todo tipo de clientes, desde la persona que viaja por placer hasta la que lo hace por trabajo.
Las instalaciones cuyo espacio interior es reducido o se encuentra limitado para una piscina subterránea pueden instalar una vitality pool – instalación que combina efectos de agua (cascadas o masajes cervicales) con efectos de aire (como camas de hidromasaje) o una mini piscina de hidromasaje. Otra opción es instalar una piscina en el rooftop o una de entrenamiento con un solo carril para brindar a los clientes la posibilidad de hacer ejercicio durante su estancia.
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