Reportajes

Equipamiento para ‘wellness’

Bienestar integral

El diseño de un centro de bienestar y spa requiere una cuidadosa planificación y una rigurosa organización de los espacios que no se limite solo al aspecto estético, sino que garantice un ambiente confortable y funcional para el usuario. Es fundamental mantener una cierta coherencia entre las diferentes áreas del centro, asegurando un flujo natural que favorezca el relax y el bienestar.

Por Isabel Fernández

©Urso Hotel & Spa

El wellness, también conocido como bienestar integral, es un enfoque holístico que busca promover la salud y el equilibrio en todos los aspectos de la vida de una persona. Va más allá de la mera ausencia de enfermedad y se centra en mejorar la calidad de vida y el bienestar. El turismo de salud y bienestar se ha potenciando mucho en los últimos años y los hoteles se han adaptado a ello, estando los servicios wellness entre los más demandados.

Como señala Alessandro Oliani, export manager en España y Portugal de Myrtha Pools, «cualquier hotel que aspire a posicionarse a un nivel alto debe ofrecer un bienestar absoluto al cliente, lo que pasa necesariamente con contar con un centro wellness. Un hotel es un oasis de relax, independientemente de la razón de la estancia: turismo, trabajo, etc. Durante su estancia, el hotel se convierte en un santuario donde recargar energías y relajarse».

Para Daniel Rodríguez Cardoso, de Dirección de Intervap, «los centros wellness son cada vez más importantes en los hoteles, especialmente en categorías medias y altas. Esto se debe a una demanda creciente (los huéspedes buscan experiencias de relajación y bienestar como parte de su estadía), diferenciación (un centro wellness puede ser un elemento distintivo frente a la competencia) y valor añadido (incrementan la percepción de lujo y comodidad, mejorando las puntuaciones en plataformas como Booking o TripAvisor). Si bien no son imprescindibles en todos los hoteles, en destinos turísticos, urbanos de lujo o en entornos naturales, se han convertido en una experiencia estándar».

Ventaja competitiva

Por lo tanto, tener áreas wellness en hoteles, complejos turísticos y otro tipo de establecimientos se ha convertido en esencial para obtener ventaja sobre la competencia. Eso sí, deben diseñarse en las proporciones adecuadas, basadas en un plan de negocios realista y efectivo, así como contar con un marketing activo y creativo.

Es importante organizar el espacio wellness para que tenga el área de superficie requerida, con el objetivo de crear un espacio que sea rentable, en línea con el número de usuarios esperados y el nivel de uso.

Sobre ello Gerard Quinto, marketing manager de Freixanet Wellness, indica que «se rentabiliza con el volumen de clientes, que aumenta a partir del momento que se incluye un centro wellness en el hotel».

Miguel Flor, responsable de Marketing de Noken Porcelanosa Bathrooms, opina que «la rentabilidad de un centro wellness proviene tanto de su capacidad para fidelizar clientes como de su potencial para atraer un segmento premium. Además, puede generar ingresos adicionales mediante tratamientos, servicios exclusivos y paquetes personalizados».

Además, Daniel Rodríguez, de Intervap, detalla que «puede rentabilizarse mediante tarifas adicionales (cobro por el acceso –day pass, así como por servicios a la carta, como masajes, tratamientos faciales o circuitos hidrotermales), incremento en el precio medio por habitación –ADR– (los hoteles con wellness pueden justificar tarifas más altas debido al valor añadido percibido), captación de clientes externos (ofrecer membresías, bonos o servicios individuales a personas no alojadas), eventos y experiencias (sesiones personalizadas –retiros de yoga, programas detox– o alquiler del espacio para eventos privados) y asociaciones estratégicas (colaborar con marcas premium de cosmética o bienestar que aporten branding y compartan ingresos)».

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