El servicio del desayuno en los hoteles ha ido cambiando con el tiempo, diversificándose para atender las necesidades de un público variado: puede ser uno ligero y saludable para los que empiezan la jornada laboral o una comida más energética para los turistas que se preparan para visitar el destino.
El desayuno contribuye a aportar un elemento diferencial en la satisfacción de los huéspedes. Tan importante es la calidad y el contenido de lo que se sirve como la experiencia en el servicio. Además de que los alimentos deben ser de buena calidad y estar bien preparados, la presentación también es importante. Todo debe verse tan bien como sabe. Los recipientes, utensilios y materiales empleados tienen que seleccionarse con cuidado para que sean prácticos y acordes con la estética deseada. El diseño debe planificarse para maximizar la comodidad y el atractivo visual. Organizar el bufé de una manera atractiva agrega mucho a la experiencia general de los clientes.
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