La inversión en seguridad tiene el retorno garantizado ya que si el huésped se siente protegido y tiene una estancia sin sobresaltos volverá y, además, recomendará el hotel a su entorno. La gestión de la seguridad pasa por los medios humanos, los medios técnicos, así como por distintos protocolos y procedimientos.
“Dependiendo del tipo de sistemas de seguridad que se quieran implantar, podemos obtener ciertos beneficios. En el caso de la tecnología domótica, la principal ventaja es la seguridad y confianza por parte de los huéspedes”, señala Miguel del Castillo, ingeniero de Protección de Zennio.
Por su parte, Víctor Ciprián, jefe de Producto Hospitality de Tesa Assa Abloy, comenta que “la seguridad en un hotel va a estar dirigida a dos tipos de usuarios principalmente: huéspedes y trabajadores (ya sea propio del hotel o subcontratado), pero el objetivo en cada caso puede ser distinto. En el primero, los huéspedes deben tener la tranquilidad de encontrarse como en su propia casa en términos de confortabilidad y, por lo tanto, de seguridad. En el segundo de los casos, se debe obtener el mayor grado de control sobre los movimientos de las personas. Para conseguir ambos objetivos, lo adecuado es optar por sistemas de última generación con flexibilidad para futuros upgrades o actualizaciones a futuras inversiones y escalables, por ejemplo, sistema off line convertible en un futuro a sistemas on line, uso futuro de apertura mediante teléfonos móviles, etc.”.
Control de accesos, cajas fuertes, sistemas de videovigilancia (CCTV), protección contra el fuego y sistemas de emergencia son indispensables para una máxima protección.
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