Baños

Calma y Tempo, bañeras de Sanycces que exploran la visión mediterránea del baño

Calma y Tempo nacen de la mano. Gestadas bajo el mismo proceso creativo, el del diseñador Jorge Herrera, y el mismo halo mediterráneo, estas dos bañeras de autor que integran la nueva colección de
Sanycces miran sin embargo hacia destinos diferentes. El de la funcionalidad guía a Tempo, con una
geometría que toma como referencia iconos del diseño tradicional del mundo del baño, pero renovando el lenguaje formal para crear un volumen contundente que introduce una cuerda como elemento novedoso en la bañera. Mientras, el de la pureza con un punto zen impera en el caso de Calma, con su idiosincrática forma cóncava y totalmente envolvente, con diferentes opciones de patas y una bandeja exclusiva que actualiza una forma de uso clásica de la bañera.

Calma y Tempo encajan en el nuevo sentido que adquieren las bañeras en el mundo actual. En ese
movimiento slow, de usarlas para esos sitios donde quieres tener y controlar tu propio tiempo.

Tempo: una cuerda para atrapar el tiempo
Tempo es una bañera diferencial. “No hay nada parecido en el mercado”. No transgrede, pero transita y cohesiona. Con la naturaleza mediterránea. Con el tiempo. La incorporación del textil, a través de una cuerda envolvente que puedes tocar mientras te bañas, es el amarre a esa dimensión natural y temporal sobre la que pivota Tempo, a la que caracteriza su gama de colores personalizada. A esta apertura de tonalidades contribuye precisamente la cuerda, todo un elemento de transición al servicio del diseño. Parte. Cubre. Facilita el salto de una a otra parte de la bañera y ello multiplica las posibilidades, al poder personalizar en color el producto de forma distinta a uno y otro lado de este eje textil.

Externamente, plasma un equilibrio de proporciones, formas y tonalidades. “La geometría de Tempo nace para resolver una necesidad funcional. Estética sí, pero funcional”, aclara Herrera. Sin zócalo, incorpora en su lugar un pequeño redondeo para que el encuentro con el suelo sea más suave, más leve.

Comparte con su otra mitad, Calma, la gama de bandejas de bañera, un elemento prioritario para el
diseñador. Bien en formato estantería instalada a los pies, o con forma satelital (más pequeña y redondeada), cada bandeja lleva grabada una frase que evoca a alguno de los vientos mediterráneos que les dan nombre.

Calma: el espacio entre un momento y el otro
“Calma transmite calma”, sentencia Herrera. Así de sencillo. La definen sus líneas limpias y ligeras. Esa pureza que conecta con el usuario y que dialoga. Y también el hecho de retar al tiempo. “Es una bañera que será atemporal”, indica su autor.

Por su envolvente y forma cóncava, que recuerda a un recipiente, a un cuenco, es una bañera concebida para el reposo, el arropamiento, incluso para estar en pareja en su versión de mayor tamaño.

Calma es levedad: la que se consigue con el soporte, elevándola sobre unas características patas que afianzan la sensación de que la bañera flota, buscando esa sensación de erosión del tiempo.

Externamente, traslada a un mundo más calmado, más zen y de reposo. “Su forma retranqueada recuerda a una taza, a un elemento cotidiano, a una forma visual muy reconocible mentalmente, pero desplazada a una escala o un contexto diferentes, que es el baño”, apunta el diseñador.

Calma cuenta además con una bandeja exclusiva que descansa sobre una de las secciones de la bañera, creando un espacio de apoyo que ayuda a explorar una dimensión wellness del momento del baño.

Junto a esta premisa, el triple punto de partida para esta primera colaboración entre Sanycces y Jorge
Herrera estaba claro. Un producto sencillo, con profundidad de accesorios y mimetizado con el entorno.

Esas fueron las únicas pautas lanzadas por la firma al diseñador canario afincado en Valencia para
empezar a crear. A partir de ahí Herrera fue construyendo, puliendo el concepto de mediterraneidad
inherente a Sanycces, hasta bifurcar su idea original y llegar a estos dos modelos de bañera con los que la compañía da un salto cualitativo en la vertiente del diseño y reformula la forma de ver, y vivir, el mundo del baño.

El proceso ha sido cooperativo. Una combinación de “libertad, confianza y conexión” en el que ha
imperado la sensación, dice Herrera, “de estar en el mismo barco”. “El reto era naturalizar el producto sin renunciar a lo mediterráneo, introduciendo materiales como el tejido y la madera. Buceamos en los
clásicos baños japoneses, en las ceremonias del té, en los interiores de coches, buscando formas amables, agradables…”.

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