Para neutralizar virus, bacterias y gérmenes de una forma rápida y segura en pocos minutos, Ledvance acaba de lanzar al mercado la caja desinfectante con tecnología UVC LED, que permite desinfectar y esterilizar objetos como llaves y teléfonos móviles sin utilizar productos químicos o sustancias tóxicas.
La unidad de esterilización portátil, recargable vía USB, integra dos modos de esterilización, de seis o nueve minutos, y está diseñada con una carcasa robusta, antideslizante y lavable, con máximas garantías de seguridad para el usuario al disponer de un mecanismo de cierre automático que se activa al abrir la caja. Una vez introducido en el interior del dispositivo el objeto que se desea esterilizar, solo activando un botón la tecnología UV-C actúa de potente y eficaz desinfectante sin necesidad de sustancias tóxicas y corrosivas que dañen los objetos y pongan en peligro la salud de las personas.
El dispositivo está pensado tanto para uso comercial como personal, siempre que se requiera la correcta desinfección de artículos y objetos de pequeño tamaño. De esta manera, resulta especialmente indicado para comercios -como joyerías- y para uso doméstico en la desinfección diaria de llaves y teléfonos móviles.
La pandemia ha disparado la utilización de la radiación UV-C como desinfectante, un método que ya se ha venido usando por sectores como la medicina o la industria durante décadas por su eficacia. Por ejemplo, desde hace años se viene realizando la desinfección con luz ultravioleta de envases alimentarios como los tarros de yogures. Está científicamente demostrado que un intervalo específico de las ondas que emite la luz ultravioleta, el que oscila entre los 200 y los 300 nanómetros, está clasificado como germicida, lo que hace que mate o inactive microorganismos. Esa característica de la luz UV ha permitido que sea considera como un método de desinfección respetuoso con el medio ambiente.
Ventajas frente a otros métodos desinfectantes
Las ventajas de la luz ultravioleta frente a otras soluciones limpiadoras se pueden resumir básicamente en los siguientes puntos: la luz UV-C no necesita productos químicos o sustancias tóxicas; la radiación UV-C es capaz de eliminar los patógenos; la radiación vuelve a los patógenos inofensivos en cuestión de segundos; la breve duración del tratamiento no modifica las propiedades del producto; la luz UV-C no deja residuos y tampoco altera el color de las superficie, y no se produce ozono en un rango superior a 240 nanómetros.
