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Guía para prevenir los riesgos laborales en hostelería

Unión de Mutuas ha editado la Guía de Seguridad y Salud en el Sector de la Hostelería con el objetivo de fomentar y promover las buenas prácticas preventivas y reducir la siniestralidad. La hostelería es uno de los sectores más importantes de la economía española, con aproximadamente 1,6 millones de trabajadores, caracterizado por el empleo estacional, en su vertiente más turística, que determina las condiciones de trabajo, la contratación, el ritmo y los horarios laborales.

Su actividad está ligada tanto a diferentes tipos de establecimientos –restaurantes, bares, hoteles, campings…–, así como a una gran variedad de oficios –personal de cocina, camareros, administración, recepción, limpieza, lavanderia o personal de mantenimiento–, entre otros. Todas estas actividades entrañan una serie de riesgos laborales que pueden ocasionar patologías y lesiones y, por lo tanto, exigen la adopción de medidas preventivas y acciones que mejoren la seguridad laboral.

Con el objetivo de ser un instrumento práctico, la guía editada por Unión de Mutuas proporciona conocimientos sobre la salud y la seguridad en el trabajo en el sector hostelero, recoge las obligaciones del empresario en materia preventiva, analiza las causas que provocan los principales riesgos laborales, destaca la participación de los trabajadores para minimizar estos riesgos, y detalla las medidas para paliar al máximo la siniestralidad laboral.

Partiendo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el documento destaca los deberes y obligaciones del empresario de hostelería que tiene el deber de evaluar los riesgos, planificar la prevención y garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Así el manual identifica, localiza y valora los riesgos en cada una de las áreas y tareas propias del sector.

En cuanto a los riesgos laborales más habituales, la guía analiza los riesgos físicos, entre los que figuran las caídas de las personas al mismo y a distinto nivel, las caídas de objetos al ser transportados, los golpes, los pinchazos, los cortes con maquinara, herramientas o bordes de lata, los riesgos ergonómicos, la manipulación de cargas, las posturas repetitivas, la exposición a productos químicos o los contactos eléctricos e incendios.

Asimismo, la guía analiza la exposición de los trabajadores a la contaminación biológica en la manipulación y conservación de productos frescos, a la exposición de temperaturas extremas en las cocinas, a quemaduras, salpicaduras de líquidos calientes y a la exposición a bajas temperaturas durante la permanencia en cámaras frigoríficas. También aborda los riesgos psicosociales como el estrés debido al ritmo de trabajo, la atención al público o la temporalidad del trabajo.

El documento estudia las causas que conducen a todos estos riesgos e incide en las medidas preventivas más efectivas que hay que aplicar en cada una de las situaciones como, por ejemplo, planificar en lo posible la jornada, respetar las pausas a intervalos regulares de tiempo, tener una buena rutina del sueño, hacer uso de la ropa y calzado de protección, EPI, la señalización de obstáculos, y un mantenimiento del orden, limpieza e iluminación de las instalaciones.

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