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Fustalia firma la restauración lignaria del Hotel Casa Vilella de Sitges

Casa Vilella ha reabierto sus puertas después de una profunda reforma. El proyecto novecentista del arquitecto Joan Rubió i Bellver, discípulo de Gaudí, ha recuperado su esplendor después de meses de trabajo para devolverle el espíritu a la obra construida en el Paseo Marítimo de Sitges en 1919 por encargo de Joan Vilella Estivill, de quien recibe el nombre. Se trata de una obra familiar y edificio de patrimonio que el bisnieto de Joan Vilella Estivill ha decidido reformar y, para hacerlo, también ha dado preferencia a la cercanía y confianza de los profesionales con los que ha mantenido trato para llevar a cabo el proyecto, así como apostar por la proximidad de las manos que se encargarán de ella a partir de ahora.

En la restauración han intervenido diferentes expertos que mediante la profesionalidad de su trabajo han conseguido recuperar la esencia de la vivienda unifamiliar novecentista. Es el caso de Fustalia, quien ha realizado los trabajos de carpintería de madera, tanto en el exterior –con una llamativa pérgola única– como en el interior, donde ha diseñado a medida desde cristaleras cuarteadas de madera, boiseries, puertas con molduras, armarios y muebles, y demás componentes de madera que requerían de la máxima personalización. Como resultado, Casa Vilella se ha convertido en un distintivo hotel situado en primera línea de mar que apuesta por un nuevo concepto de alojamiento elegante y de calidad, con un diseño exclusivo y una filosofía declarada: el cuidado de sus clientes, algo que se desprende a través de todos y cada uno de los detalles que posee el edificio, incluida su propia elaboración y gestión.

“Es un verdadero honor haber podido trabajar en una de las construcciones más emblemáticas de Sitges, que posee tanta historia y sentimiento”, apunta José Antonio Aldana, fundador de Fustalia, quien añade que se trata de “un edificio con unas cualidades muy particulares que ha requerido de un verdadero trabajo a medida, cuidando hasta el último detalle, para poder recrear la carpintería de la época y respetar las medidas específicas y características preestablecidas”.

Cada habitación ha sido diseñada de manera exclusiva y con un mobiliario especial para vestir a las 14 habitaciones de lujo y demás espacios de la Casa como el chill out, terraza, salón con chimenea, piscina, restaurante o jardín, donde también han intervenido. “Un espacio singular requiere del cuidado del más mínimo detalle. Este ha sido el caso de Casa Vilella: un proyecto con un claro objetivo que ha priorizado la calidad por encima de la estandarización. Esto le ha permitido preservar su particularidad y le convierte en un entorno exclusivo y con personalidad, que aúna historia y actualidad, y que marca la diferencia”, culima José Antonio Aldana.

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