Alimentación y bebidas

La Capellla de Juvé & Camps estrena nueva añada

La Capella 2010 de Juvé & Camps, la cuarta añada de este cava súper premium, acaba de salir al mercado. Fino y elegante, es, además, la segunda añada que llega al mercado con la certificación de Cava de Paraje Calificado, el vértice de la pirámide cualitativa del sector del cava.

La Capella es un 100% xarel·lo cosechado a mano, con una primera selección de las mejores uvas en la viña. Tiene un extraordinario y versátil carácter gastronómico, capaz de armonizar tanto con mariscos y tradicionales platos marineros como con recetas de la mejor volatería o guisos de carne.

La nueva añada de La Capella 2010 realiza un destacado salto en cuanto a refinamiento y finura, con un color poco evolucionado a pesar de tratarse de una larguísima crianza, que llega a casi los 90 meses en rima, en contacto con sus lías en botella en la penumbra de estas cavas de Sant Sadurní d’Anoia. También es más frutal que las añadas precedentes. La Capella es un cava capaz de vencer con excelencia el paso del tiempo, fruto de una bodega que ha apostado desde sus inicios por las largas crianzas y por los cavas de prestigio.

La Capella 2010, que cuenta con una producción limitada de sólo 4.000 botellas, lleva el nombre de la viña de Espiells (Sant Sadurní d’Anoia) que lo ve nacer. Se trata de un paraje único de 7 hectáreas con Xarel·los plantados hace más de 35 años, de las cuales sólo 0,7 hectáreas cultivadas en vaso se dedican a la elaboración de La Capella. La singularidad de este viñedo reside en un suelo desarrollado a partir de lutitas (limos y arcillas) y suelo arenoso, moderadamente profundo y de buen drenaje, textura media y con pocos elementos gruesos (5-15%).

Su efervescencia constante llena la copa de un rosario de pequeñísimas burbujas que, al llegar a la superficie, configuran una corona estable. Su aroma es profundo y complejo. Sorprende mucho su frescura a pesar de su larga crianza. Intensas notas de frutas carnosas de hueso (melocotón, albaricoque o níspero) se muestran conjuntamente con los aromas de brioche, repostería o mantequilla, aliñadas con un sutil toque de miel. A medida que el cava se va abriendo en la copa, aparece un tenue fondo de frutos secos (almendras), así como el ligero toque de tostados propio de los grandes vinos espumosos. En boca se muestra untuoso y estructurado, pero fresco a la vez, y presenta una buena acidez. La añada fresca ha marcado este gran cava. Tiene un gran balance y su persistencia es bastante notable. Su redondez y cremosidad son también fruto de la fermentación maloláctica. Todo parece indicar que será una de las añadas de La Capella con mejor potencial de envejecimiento.

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