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Elia Felices transforma una finca catalogada como restaurante en Terrassa

Foto: Rafael Vargas

La interiorista Elia Felices ha sido la encargada de transformar una antigua finca catalogada en la ciudad de Terrassa (Barcelona) en el restaurante Viu.

Para diseñar todo con un mismo lenguaje se ha inspirado en el nombre del restaurante, que en catalán significa Vivo. Por este motivo se han elegido como protagonistas esenciales, en el discurso visual, la presencia de vegetación y madera.

Un punto de partida para abordar el proyecto de rehabilitación fue remitirse a la esencia original de la finca y a su primer uso, doméstico y noble, ya que había sido residencia del alcalde de la ciudad. Para contribuir a una sensación hogareña, las estanterías y alacenas se atrezan con jarrones, platos y figuras decorativas. Y en los comedores se sitúan grandes sofás a medida realizados con tela de la firma Gancedo, acompañados de cojines en diversos colores y tamaños.

El edificio, de dos plantas, cuenta con una zona de cafetería y bar en el acceso, salones en el mismo nivel con una terraza interior y una exterior que da a la avenida principal, y una habitación de juegos. En la primera planta se alojan los salones privados para eventos.

En la zona del bar el color negro, junto a los materiales nobles, aporta elegancia al espacio haciéndose visible desde distintos detalles y piezas como las luminarias, los taburetes o las repisas en negro que se encargan de sostener la vegetación.

Se ha empleado el tono taupe de Valentine sobre paredes y carpinterías en distintas intensidades combinándose con grandes murales de la firma Coordonné ilustrados con hojas de palmera. Esta idea se refuerza con la cuantiosa vegetación de distintas especies que rodea los comedores y que aportan ese aspecto vivaz que se busca para el restaurante.
Contribuyendo a generar un ambiente acogedor, la madera toma presencia en diferentes superficies y elementos del mobiliario a medida, como el botellero, el arrimadero y especialmente en la librería, que toma protagonismo en el salón principal del restaurante.

La iluminación se convirtió en un reto debido a la dificultad para crear nuevos puntos de luz en la finca catalogada. Los mecanismos elegidos fueron el modelo Detail82 de Simon ya que se su perfil en gris se adaptaba muy bien al color de los paramentos. Focos, apliques de pared y lámparas de techo de cristal transparente (que permiten irradiar a través de ellos) son los encargados de alumbrar las salas con estilo. Asimismo, una imponente lámpara de tres metros de caída se dispone en el hueco de la gran escalera de aspecto señorial.

La terraza exterior continúa con el mismo lenguaje que el resto del Viu by tapiñas: pavimento de madera, mobiliario metálico en negro mate y jardineras del mismo color que aíslan del ajetreado entorno que lo rodea. Los parasoles son personalizados con hojas pintadas en acuarela y nos trasladan a un jardín en el centro de la ciudad de Terrassa.

Entendiendo la importancia de dar visibilidad de la cafetería-bar a los viandantes, desde el exterior se entrevé el colorido de un mural con piezas inspirado en un fantasioso jardín. Sobre una pared curva el paso se hace agradable con amplios escalones que nos invitan a entrar a la cafetería.

El mural está realizado con platos de La Cartuja de Sevilla que figuran ser la corola de las flores, distribuidos a diferentes alturas y distancias, acompañados de un entramado de piezas en 3D que generan distintos planos volumétricos y geometrías, configurando una composición visualmente armónica.

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