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El Rincón de Leo en Pamplona, nuevo diseño de Ilmiodesign

©Pedro Pegenaute

El Rincón de Leo es una representación del espíritu lleno de energía de su dueña Leonor Zabalegui, una pamplonica muy conocida en la ciudad por sus gin-tonics y su coctelería y que finalmente da nombre a un local inicialmente concebido como Café Novecento.

De hecho, es la imagen de una cafetería italiana del Novecento la que ha inspirado y ha reinterpretado en clave actual y con su personal estilo Ilmiodesign. En este espacio se respira, gracias a un uso de la iluminación muy bien calibrado, esa atmósfera cálida, irradiada por una luz muy tenue en tonos ámbar, de los locales de esa época.

La estética característica de estos espacios se ha readaptado también a través del uso muy personal del color, representativo de los proyectos de Michele Corbani y Andrea Spada. Tras una exhaustiva búsqueda de colores y texturas, en El Rincón de Leo, hay una aplicación muy especial de ambos elementos que se adivina ya desde la apuesta por el verde botella intenso de los azulejos “tipo metro” del exterior.

La fachada
La fachada se ha concebido como un elemento muy permeable, un escaparate abierto al exterior que anuncia, ya desde la calle, la viveza y la calidez del interior del local, donde el verde aceituna intenso predomina en contraste con el rojo de las tapicerías de terciopelo de los asientos, con el tono cobrizo de la barra y también con la madera de roble del panelado del fondo.

En ella encontramos además una pieza clave, la pequeña farola de bronce que simula las utilizadas antiguamente en las hosterías italianas del centro de las ciudades y que anuncia, desde lejos, que el local está abierto cuando se encuentra encendida.

Se trata de un espacio que, alejado de la tendencia dominante en la hostelería de la ciudad, con lugares muy arquitectónicos de aspecto neutro, se ha definido con el atrevimiento característico de Ilmiodesign, un cóctel único en el que no podía faltar otra seña de identidad del estudio: la mezcla de diferentes acabados de materiales nobles, en este caso el cobre y el dorado.

Funcionalmente, el pequeño tamaño del local –60 metros cuadrados con 40 metros cuadrados de uso público– se ha resuelto con la incorporación escondida en el panelado del fondo, de las puertas de acceso a los baños y a la cocina y con un gran espejo que rompe la uniformidad de ese panel de madera de roble y da una gran profundidad al local.

Materiales
El gresite del suelo cuadrado en blanco y negro es de Vitrogres y es un diseño propio de Ilmiodesign que se usó por primera vez para los privados de su proyecto Tatel Ibiza.

El frontal de la barra también es un gresite de Vitrogres, el modelo Brundusi en tonos cobrizos, con junta naranja en vez de blanca. La barra se completa con una encimera de madera de roble, el mismo material que se ha usado en el panelado de la pared del fondo.

Los taburetes son el modelo Lagarto de Isimar, tapizados en terciopelo rojo, diseño de Ilmiodesign. Las sillas son de la marca Zuiver tapizadas en terciopelo rojo.

La iluminación del espacio –todos los focos y tiras de led– ha corrido a cargo de Viabizzuno Pamplona. Las lámparas del techo son diseño de Ilmiodesign para En el quince de Velázquez y las lámparas colocadas sobre las mesas son de Gubi, en acabado cobre brillo. Los apliques de las paredes son de Aromas del Campo. El aplique acabado en bronce de la fachada es de la marca Aldo Bernadi.

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